El arte de inventariar dispone de un valioso ejemplo en este trabajo

La realización de un inventario de esta naturaleza no es tarea fácil. El concurso para efectuar los trabajos correspondientes al de estos cuatro templos fue ganado por el equipo liderado por José Luis Gómez Villa. «Ha sido un placer trabajar con ellos», reconoce Juan Antonio Arenillas, jefe de proyectos de patrimonios muebles del centro de documentación y estudio del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico.

Los historiadores, arqueólogos, restauradores y demás especialistas encargados del análisis de cada uno de los bienes son tremendamente minuciosos en el desempeño de unas labores que, hasta en el registro de los bienes de una estancia del templo cualesquiera obedecen a un procedimiento exquisitamente escrupuloso.

Explica Enrique Soler que «hay que seguir un orden muy estricto, incluso a la hora de abrir los cajones en una sacristía: hay que hacerlo en el sentido de las agujas del reloj y de abajo a arriba». A cada pieza se le da una numeración posteriormente y se hace un estudio histórico de cada una, una ficha que, en adelante, se convierte en elemento fundamental de las garantías que, desde entonces, se comprometen para con el bien que ha sido inventariado.

Estos detalles ayudan a entender mejor porque el estudio de apenas cuatro iglesias es un trabajo que se ha prolongado durante siete años. El convenio fue firmado en 2003. La paciencia es, pues, elemento indispensable.