«El cine nos ayuda a sufrir mejor»

Mucho más que ocio. Entretenimiento, evasión, mezcla de realidades. Un fenómeno. Una industria. El arte que sigue al número seis. Una red en la que queda atrapado el espectador desde sus orígenes. El catedrático de la Complutense de Madrid Emilio C. García Fernández enunció ayer la conferencia de clausura del XI Seminario Emilio Castelar, con el discurso 'El espectador atrapado. La persuasión cinematográfica', un repaso a este universo, a su evolución a los comportamientos de quienes se han sentado alguna vez en la butaca de una sala. «El cine provoca una empatía entre lo que se proyecta en la pantalla y el espectador. El cine nos hace soñar, no es que se rompa la barrera de la ficción, sino que se convierte en realidad». Para el catedrático este encantamiento es intencionado, el público busca una fuga a lo que le rodea, a sus problemas y lo emplea como método para «sufrir mejor». Esa es la persuasión de la que habló García Fernández, la magia que trasciende a la sala y que solo tiene parangón en la literatura o la música.

Sobre todo y especialmente, hasta la mitad del siglo pasado. La llegada de la televisión rompió los moldes y el espectador, acostumbrado a hacerse con los cambios de narración de los directores -del mudo al sonoro, por ejemplo-, se encontró con la posibilidad de disfrutar de una cinta desde su cómodo sofá. «Entonces la industria cinematográfica hubo de adaptarse para continuar siendo rentable. Así, por ejemplo, apareció el cinemascope», subrayó el profesor. Algo parecido a lo que en la actualidad está ocurriendo con el empleo del 3D. Renovarse o morir, utilizar todos los métodos posibles para mantener atrapado a ese público que, en palabras de García Fernández, está adulterando el sentido cultural del cine. «Creemos que todo debe ser gratis, olvidando el trabajo que conlleva realizar una obra como una película. Eso sí, es verdad que se deberían reajustar los precios», comentó el catedrático.

Tras su conferencia, se dieron a conocer los galardonados con las VIII Distinciones Emilio Castelar a la elocuencia retórica y a la eficacia comunicativa y con la IV Distinción Eduardo Benot al rigor científico y lingüístico.

La Distinción Emilio Castelar a la Elocuencia Retórica recayó en Carmen Caffarel Serra, Catedrática de Comunicación Audiovisual y Publicidad de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, directora del Instituto Cervantes.

Por otra parte, la Distinción Emilio Castelar a la Eficacia Comunicativa fue concedida a Antonio Fraguas de Pablo, 'Forges' y la Distinción Eduardo Benot al rigor científico y lingüístico fue a parar a manos de Juan Gil Fernández, Catedrático de Filología Latina de la Universidad de Sevilla, Doctor Honoris Causa por la Universidad Complutense de Madrid.