Lorenzo del Río advierte de que será «crítico y exigente» con los gobiernos
El magistrado recuerda que la Justicia necesita una «visión consensuada», en su toma de posesión como presidente del TSJA
GRANADA. Actualizado: Guardar«Vengo a este destino con actitud de disposición, esfuerzo, responsabilidad e independencia». El hasta ahora presidente de la Audiencia Provincial de Cádiz, Lorenzo del Río, juró ayer su cargo como presidente del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) con un mensaje de «cercanía», «diálogo», «comunicación» y «esfuerzo». Palabras que repitió en su discurso de toma de posesión, en el que se presentó como «presidente de todos y para todos»; no sólo de los jueces, sino de todos los estamentos de la Justicia, y en el que apostó por defender un proyecto «basado en las personas».
A la ceremonia, celebrada ayer en la Real Chancillería de Granada (sede del TSJA), acudió una nutrida representación de la carrera judicial y contó con la presencia del presidente del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Dívar, y del presidente de la Junta, José Antonio Griñán.
A ellos, Del Río dedicó algunas de sus palabras en las que les extendió la mano para colaborar con «lealtad» y con «una visión integradora y consensuada». Pero también se mostró reivindicativo y no olvidó algún tirón de orejas al recordar que «se evidencian disfunciones y dispersión de competencias» en la administración de la Justicia, que depende tanto del Gobierno central, como de la Junta y el Poder Judicial. En este sentido, aseguró que como presidente del TSJA será «crítico y exigente» con las autoridades y Adelantó, por ejemplo, que «insistirá» en que se «garantice que la judicatura recibirá financiamiento adecuado», aunque «conscientes y solidarios de la crisis actual», abogó por administrar los recursos de manera «responsable».
Respecto al CGPJ, no ocultó que le «importa» su «imagen institucional», por su supuesta falta de independencia judicial respecto a la política, y sacó a relucir su raigambre gaditana al recordar que la «separación de poderes» es un principio «establecido por las Cortes de Cádiz» allá por 1810.
Del Río, que fue apadrinado por su padre, Juan Del Río, y por el vocal del CGPJ, Manuel Torres Vela, desgranó algunos detalles de su programa, sobre todo ante dos retos: «La oficina judicial» y «la digitalización» de la Justicia; y se comprometió a llevar «un permanente control sobre el funcionamiento de los juzgados». A pesar de todo, defendió que en la Justicia española, si «lo peor» es su «lentitud», lo mejor es «que todavía contamos con magníficos profesionales».