La falta de control en las bases de datos impidió descubrir a más «corruptos»
CÁDIZ.Actualizado:José y su socio Leonardo siempre hablaban de funcionarios en plural. Eso confirmaba, según recoge el auto, que había más de un empleado corrupto en su agenda de contactos. Así lo manifestó ante el juez uno de los mandos policiales que estuvo investigando a los dos empresarios de Jerez. Y a esa misma conclusión llega el instructor. Sin embargo, esta larga investigación judicial no ha podido desenmascarar a muchos de los que hace diez años ganaron supuestamente dinero con la compra-venta de información confidencial. La principal razón fue la falta de control que había en los bancos de datos. Los funcionarios imputados utilizaron las claves de sus compañeros para no levantar sospechas ante las repetidas consultas que hacían. «Estos funcionarios y otros investigados en la causa, podían llevar a cabo la obtención de los datos solicitados con garantías. No tenían asignadas claves personales secretas». En el caso de los policías podían entrar introduciendo solo el DNI de un compañero.
En la causa aparecen los nombres de más de 90 agentes del Cuerpo Nacional, policías locales y dos empleados de la oficina portuense del INEM que fueron investigados y que han quedado fuera del procedimiento porque no pudieron vincularlos con el pago de dádivas o ellos pudieron demostrar cada una de sus consultas en la red.
Sin los turnos
A decenas de trabajadores más de departamentos como Tráfico o la Seguridad Social les siguieron sus movimientos en esos bancos confidenciales. Pero la instrucción se topaba una y otra vez con una gran dificultad: «La ausencia de controles internos por los responsables de las comisarías». En muchas dependencias no se guardaban los turnos de trabajo que realizaban las plantillas.
Por tanto, la investigación no ha podido determinar cuándo estaba de descanso un agente para cotejarlo con las entradas a las bases de dato. Una deficiencia que también, según el auto, favorecía a los implicados. Fuentes de la investigación confirmaron a este medio que años después se puso coto a ese «descontrol» en el que se llegaba incluso a «dejar abiertas las ventanas del ordenador» con la información a la vista de cualquiera, según relató un policía.