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Obama empieza a ver la luz al final del túnel en Afganistán

El líder demócrata asume que la guerra es difícil, pero se felicita de los avances logrados por las tropas de EE UU para derrotar a Al-Qaida

NUEVA YORK. Actualizado: Guardar
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Un año después de que Barack Obama enviase 30.000 tropas más a Afganistán, el balance es como mínimo modesto: «En muchos sitios las ganancias de seguridad son frágiles y reversibles», advirtió ayer el presidente estadounidense al presentar la revisión anual de la estrategia.

Se trataba de un informe póstumo que tendría que haber presentado también Richard Holbrooke, su enviado especial para Afganistán y Pakistán, pero en su lugar la secretaria de Estado, Hillary Clinton, ensalzó al diplomático recién fallecido tras una repentina operación de corazón. El balance del informe depende de cómo se mire. Obama recordó que el objetivo no es resolver todos los problemas de seguridad de Afganistán, sino «desbaratar, desmantelar y derrotar» a Al-Qaida y a su infraestructura para atacar a EE UU y otros países.

Y en ese sentido cree haber hecho «progresos significativos», aseguró. «Cada alto cargo de Al-Qaida en la región fronteriza con Pakistán está bajo más presión de la que hayan tenido nunca desde que salieron de Afganistán hace 9 años.

Obama admitió que derrotar definitivamente a la organización terrorista «llevará tiempo», pero se siente satisfecho del lugar en el que la tiene. Según el líder demócrata, cada día más afganos reclaman el territorio que EE UU y la OTAN «limpian de talibanes». Asegura que las fuerzas afganas toman el relevo de la seguridad «gracias a que hemos dado señales claras de que comenzaremos la transición de responsabilidades para reducir las fuerzas estadounidenses en julio de 2011». Una operación de repliegue que, como observó el jefe del Pentágono, Robert Gates, no se puede garantizar porque dependerá de las condiciones que haya sobre el terreno en ese momento. El plan acordado en Lisboa por los representantes de 49 países con tropas en Afganistán es abandonar ese país en 2014, aunque Obama subrayó que el compromiso de EE UU con ese país es a largo plazo.

«Días difíciles»

Según su informe, «la revisión concluye que para mantener las ganancias de seguridad en el tiempo urge hacer progresos políticos y económicos». Para esto último la secretaria de Estado, Hillary Clinton, subrayó que en menos de dos años EE UU ha doblado la presencia de civiles dedicados a tareas de desarrollo, pasando de 320 a 1.100. Pero niguno de los altos cargos estadounidenses que participaron ayer en esta revisión estratégica mencionó cómo lograr esos «progresos políticos».

La corrupción del gobierno de Hamid Karzai ha quedado aún más en evidencia tras las filtraciones diplomáticas de Wikileaks, pero el gobierno de Obama insiste en seguir apoyándose en un aliado que nadie cree de confianza. Por otro lado, dudan mucho de que la estrategia de asegurar el bastión que rodea Kandahar al sur del país sea la adecuada si descuida otras zonas. Todo ello indica que, como advirtió el propio Obama, en Afganistán «quedan días difíciles por delante».