El Gobierno niega la solución autonómica para el Sáhara

El Gobierno rechazó ayer que España colabore con Marruecos para imponer al Frente Polisario una solución autonómica en el Sáhara. La ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, desmintió así los cables del Departamento de Estado norteamericano, desvelados por Wikileaks, que sostienen que el Ejecutivo español colabora en esta estrategia con el Gobierno marroquí, al que, incluso, asesora. De hecho, y de forma general, la ministra sostuvo que no iba a dar «valor» a esos documentos porque son «de parte y basados en impresiones subjetivas».

Jiménez aseguró en el Congreso que el Gobierno, como la ONU, «no se ha pronunciado ni por una solución [la autonomía] ni por otra [la independencia]» y se limita a trabajar de forma «intensa» para que las dos partes en conflicto «encuentren una solución». «La mejor», dijo, será la que «permita el acuerdo» entre Marruecos y el Polisario.

Los grupos opositores exigieron al Ejecutivo que en el contencioso del Sáhara sea exigente con Rabat y recupere la «neutralidad activa». La portavoz socialista reclamó rebajar la tensión con Marruecos, que puso el grito en el cielo tras la moción del Parlamento español que condenó la vulneración de los derechos humanos y la represión en la ex colonia.

El popular Gustavo de Arístegui reclamó a Jiménez que rectifique los «errores» de su predecesor, Miguel Ángel Moratinos, en especial la falta de exigencia hacia «regímenes totalitarios» como Venezuela, Cuba, Bolivia o Nicaragua, la complacencia con Marruecos, o el olvido de América Latina. Jiménez hizo un «reconocimiento» a la labor de Moratinos y tendió la mano al PP para pactar la política exterior, pero avisó de que no iba a «hacer borrón y cuenta nueva».