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Miguel García, jugador del Salamanca, dio el último susto en un terreno de juego. :: EFE
LA PRÓRROGA

Unas pruebas que valen una vida

La Clínica Beiman realiza electros a jugadores de seis clubes de la provincia

BORJA FERNÁNDEZ
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El pasado 24 de octubre a España se le paralizó el corazón cuando Miguel García, jugador del Salamanca, se desplomaba sobre el césped del Helmántico víctima de un infarto. Los recuerdos recientes de Puerta y Jarque volvieron a la cabeza de más de uno y se reabrió el debate de la prevención dentro de la medicina deportiva. Una manera de prevenir es realizando exhaustivos reconocimientos médicos, algo poco o nada habitual en el deporte amateur. Es por ello que la Clínica de Medicina Deportiva Beiman hay puesto en marcha un programa para detectar irregularidades cardíacas en jóvenes deportistas de la provincia. De más de 230 reconocimientos deportivos hechos en seis clubes deportivos, los únicos que se han preocupado en realizar una valoración completa con electrocardiograma a sus jugadores, se han diagnosticado seis patologías cardiacas. Una de ellas severa, y las otras tienen que ser controladas por el director de la unidad de cardiología de la Clínica Beiman, Carlos Pérez Muñoz.

El doctor Francisco Piñero ha sido el encargado de llevar a cabo estas pruebas, las cuales son «importantes, hasta el punto de salvar una vida, con lo cual está justificada la obligatoriedad de hacerlas siempre», refleja. En Jerez hay casi 15.000 menores de edad que practican deporte, más del doble si sumamos al resto de la provincia, y la preocupación viene de lejos: «Tenemos un problema grave, ya que de toda la vida firmar la ficha federativa no era más que eso, firmar. Nadie hacía reconocimientos médicos y esa mala costumbre se ha mantenido durante mucho tiempo, aunque ahora por fin, gracias a la Clínica Beiman, podemos realizar estas pruebas hasta el punto de realizar el diagnóstico completo».

En cuanto a las pruebas que ya se han completado, Piñero destaca que se ha encontrado de todo, comenzando por seis patologías, de las cuales una «contraindica la práctica deportiva en chicos que llevan tres o cuatro años haciendo deporte». «Es difícil decirle a un chaval de 13 años que no puede hacer deporte nunca más, es muy duro», reconoce el doctor, aunque alivia saber «que había tenido suerte porque no ha sido uno de esos desgraciados casos que vemos publicados en los periódicos». Y es que Piñero sabe de la trascendencia mediática de estos desafortunados accidentes que últimamente se han repetido en la pequeña pantalla: «Conocer ciertas patologías no nos salvan de que puedan suceder estos acontecimientos desagradables, ahí está el caso de Miguel García, que me comentaba que está totalmente estudiado, pero de ahí la importancia de los medios de comunicación, ya que la promoción es fundamental para concienciar a la población». En definitiva, que realmente es «una lotería», pero que se puede, en buena parte, prevenir: «Nuestra obsesión como médicos deportivos es la prevención, ese es el caballo de batalla de la medicina deportiva, conocer al deportista, hacerle un estudio y evitar riesgos, y en eso el pilar básico es el reconocimiento médico».

Sin embargo, y a pesar de que la Clínica Beiman ha dado facilidades, tan solo han sido seis los clubes que han optado por realizar reconocimientos médicos a sus jóvenes jugadores. ¿Igual esperan a que el susto no lo vean en televisión, si no a dos metros?: «A día de hoy es así. Estas pruebas vienen motivadas más por el miedo escénico que se ha creado, pero es una realidad y no es ni difícil ni caro».