Enrique Morente, hace dos años, cantando en Guernica. :: M. S.
Sociedad

Adiós al genio del flamenco mestizo

Muere Enrique Morente a los 67 años tras permanecer varios días en coma El cantaor recuperó la poesía de los clásicos, experimentó con músicas foráneas y rindió homenaje a los clásico del cante jondo Los allegados culpan a los médicos de la Clínica La Luz y estudian la posibilidad de pedir una autopsia

MADRID. GRANADA. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El cantaor Enrique Morente, renovador del flamenco y voz que fundió este género con músicas foráneas, murió ayer en la clínica La Luz, de Madrid, a raíz de las complicaciones surgidas en una operación de úlcera. Su desaparición deja al flamenco huérfano de uno de sus creadores más insignes y prolíficos. Enrique 'el Granaíno', como era motejado en sus inicios, hizo que la luz remozara un arte a veces demasiado ensimismado en sus raíces.

Abierto siempre al mestizaje y a otras tradiciones musicales, Morente era un heterodoxo del flamenco, como se puede comprobar con su disco 'Omega', de 1996 que grabó con la banda Lagartija Nick y en el que mezclaba el cante jondo con el rock alternativo. Aún hoy 'Omega' puede escucharse como un directo, con la frescura que le da la presencia de Vicente Amigo, Tomatito o Cañizares, que adaptaron poemas de Lorca o canciones de Leonard Cohen. Abrió una cuña en la revolución del flamenco y caminos que aún se siguen explorando. Prueba de su obsesión por el eclecticismo son sus colaboraciones con Los Planetas, la Orquesta Andalusí de Tetuán o Voces Búlgaras.

Morente nació en 1942 en el barrio granadino del Albaicín. Con muy pocos años ejerció de seise en la catedral de Granada. Era la época en que escuchó los primeros sones del cante jondo, nacidos de las gargantas de Juanillo el Gitano, Cobitos o la dinastía de los Habichuela. Si el flamenco no se hubiera cruzado en su vida Enrique Morente podría haber acabado como zapatero o platero, oficios en los probó suerte como peón y ayudante.

Llegó a Madrid con 20 años y muchas ilusiones. En la capital se arrimó al trianero Pepe el de Matrona en el bar Gayango. Con un oído finísimo, Matrona, que había conocido a todos los grandes, escuchaba a jóvenes que querían abrirse paso en el mundo del flamenco. Era el caso de Morente, que debutó en la peña flamenca Charlot. En los sesenta hizo su primera aparición en un festival flamenco, con un cartel de lujo integrado por Juan Talega, Fernanda y Bernarda de Utrera, Gaspar de Utrera, Tomás Torre y Antonio Mairena.

Premio Nacional de Música

A Morente se debe la labor de rescatar de la tradición literaria a grandes poetas como Miguel Hernández, San Juan de la Cruz, Fray Luis de León, José Hierro, Antonio Machado o Lorca y subir sus obras a un tablao. El granadino cantó a los poetas al tiempo que recuperaba las melodías de la Niña de los Peines, la Trini o el Pena. Su genio creador no le salvó de las acometidas de los puristas, de inquisición del flamenco que veía en Morente al cantaor que perpetraba los peores sacrilegios. Pero mientras la caverna del flamenco se desgañitaba, él cantaba al lado de Manolo Sanlúcar en un dúo tan fecundo como hicieron en su juventud Camarón y Paco de Lucía. No en vano, de Morente hay discos genuinamente flamencos, cante jondo en su esencia más pura. 'Cante flamenco', 'Cantes antiguos del flamenco', 'Homenaje a Don Antonio Chacón' y 'Nueva York-Granada, Morente-Sabicas' forman un ramillete de discos sin influencias foráneas.

Su audacia era a veces incomprendida por sus propios maestros. Incluso el propio Pepe de la Matrona le recriminó su osadía, a lo que Morente contestó que no hacía otra cosa que reinventar sus lecciones. Desde 1967, fecha en que sacó a la luz su primer disco con Félix de Utrera, Morente no hizo otra cosa que conciliar su empeño de imprimir su estilo con la reivindicación de los grandes clásicos. Los que le tachan de poco menos de hereje olvidan que por su tarea de rescatar la obra de Antonio Chacón con el toque de Pepe Habichuela le dieron el Premio Nacional de la Música.

Los coleccionistas guardan como oro en paño el disco en que se hizo acompañar por Sabicas. No era ajeno al deseo de experimentar, de actuar con músicos de cualquier pelaje -desde Chick Corea a Sonic Youth-, de juntar en matrimonio el flamenco con los sonidos morunos, el jazz, el rock, la música étnica. Su talento creador era desbordante. 'Omega' es el paradigma de ese atrevimiento. No se arredraba ante nada: lo mismo cantaba el himno de Andalucía por tarantas que auspiciaba el proyecto dejó grabado Morente en el estudio de la SGAE. La grabación formaba parte de 'El barbero de Picasso'. La grabación se llevó a cabo junto al pianista de jazz Frederic Lehmer.

La familia de Enrique Morente hacía público ayer a las tres de la tarde un comunicado en el que confirmaba el estado de muerte cerebral del cantaor, aunque matizaba que conservaba sus constantes vitales. La nota dejaba claro su descontento con la actuación del equipo médico de la madrileña Clínica La Luz. «La familia desea dar a conocer, igualmente, que hasta el pasado sábado día 11, no tuvo constancia de que el estado de Enrique Morente era el de un coma profundo, como consecuencia directa de la operación realizada, con carácter de urgencia, en la madrugada del día 6, por el doctor Enrique Moreno, el anestesista doctor Rubio y su equipo médico, en la clínica La Luz de Madrid, en cuya Unidad de Cuidados Intensivos ha permanecido ingresado en los últimos días», señalaba el comunicado de la esposa y los hijos del cantaor.

Tres horas después, el centro hospitalario certificaba que el corazón del cantaor había «dejado de latir» a las 16.40 horas y aclaraba que no había informado antes sobre el estado de salud por respeto al secreto profesional. «El pasado 2 de diciembre, Enrique Morente fue ingresado para ser intervenido. La operación se realizó el 4 de diciembre por el doctor Moreno y su equipo. Tras la intervención, el paciente fue trasladado a la UVI para su control postoperatorio, según el protocolo habitual. En la madrugada del día 6 el enfermo experimentó un notable empeoramiento de su estado, por lo que el doctor Moreno le reintervino de urgencia», afirma la nota.

El periodista José María García declaró ayer a la puerta de la clínica que la familia está valorando la posibilidad de pedir que se realice la autopsia al cadáver. «No se puede adelantar nada hasta que no se llegue al fondo de la investigación», señaló García, quien aseguró que la familia está «destrozada indignada». Por su parte, el doctor Enrique Moreno declaró el pasado viernes que la operación del aparato digestivo «había ido bien». Ayer, el Premio Príncipe de Asturias y jefe del Servicio de Cirugía y Trasplantes del Hospital Doce de Octubre de Madrid no quiso dar más detalles sobre las intervenciones.

«La familia nos ha pedido que no facilitemos ningún tipo de información». El doctor Moreno señaló que la afirmación de la familia de que el estado comatoso de Morente era «consecuencia directa» de su operación «tendrá que rebatirse con las personas que lo denuncien». «Lo que ocurrió está en un informe extenso que yo he entregado a la familia. Hay que dejarles que tomen las iniciativas que considere oportunas».

La información sobre el estado de salud de Morente ha sido confusa desde el primer momento. La familia hizo público el viernes un primer comunicado en el que señalaba que el paciente estaba «igual y estable» tras haber sido sometido a dos operaciones en la Clínica La Luz. La primera de ellas, programada para el 4 de diciembre, tenía como objetivo operarle de una «úlcera», unos «nódulos benignos en el esófago» o un «cáncer», según las fuentes. La segunda se produjo dos días después -el día 6 de madrugada- a causa de una complicación -un «infarto cerebral», según Efe-, aunque nadie ha aclarado en qué consistió la intervención quirúrgica.