Un ex edil de Marbella y socio de Roca dice desconocer quién manejaba el Urbanismo local
Pedro Román afirma que no tiene detalles de la operación que les reportó seis millones euros, aunque previamente la consultó con Jesús Gil y el principal acusado
SEVILLA Actualizado: GuardarEl ex teniente de alcalde Marbella y una de las caras más públicas del gilismo, Pedro Román, dejó hoy en evidencia que forjó su fortuna a partir del mayor de los desconocimientos. En concreto, afirmó no conocer ninguno de los detalles de una operación inmobiliaria en Puerto Banús que le reportó, junto a sus tres socios -el comisario Florencio San Agapito, Juan Antonio Roca y el abogado Juan Hoffman- seis millones de euros. Solo sabía que, antes de firmar el negocio, le tocó consultar su viabilidad con Jesús Gil y el exasesor de Urbanismo.
La segunda sesión del juicio por el caso de corrupción municipal y urbanística en Marbella comenzó hoy con la declaración de Pedro Román, concejal hasta 1998 y socio mayoritario de un ‘pelotazo inmobiliario’ conocido como 'Crucero Banús': la adquisición por 4,3 millones de euros en 2001 de una parcela comercial que posteriormente fue recalificada como residencial con un aumento de edificabilidad.
Socio mayoritario
Los dueños la acabaron vendiendo en 2002 a un constructor vinculado a Roca, José Ávila Rojas, por diez millones, causando a las arcas municipales un perjuicio cercano a los cinco millones de euros, según sostiene el fiscal. La urbanización de la parcela fue frustrada por el TSJA.
A preguntas del ministerio público, Román ha explicado que Hoffman contactó con él para que participara como socio en el proyecto con el 62,5 por ciento del capital, algo que haría con sus fondos en Suiza. Acordaron que el abogado se encargaría de gestionar los trámites administrativos y él de buscar otros socios, por lo que invitó al comisario San Agapito, amigo de la infancia.
"Si no interesa, puerta"
No obstante, y teniendo la compleja situación urbanística de la ciudad, Román decidió comprobar la viabilidad del proyecto con Jesús Gil, quien le remitió a Roca porque éste conocía bien el tema. El ex asesor de Urbanismo le confirmó que ya había un convenio similar en marcha pero que no prosperaba porque el promotor no pagaba, por lo que sí quería sacar adelante la operación tenían que pagar al consistorio 1,44 millones de euros (240 millones de pesetas). “Si interesa bien, si no puerta”, le dijo Roca. Finalmente el grupo inversor solo aportó 240.000 euros.
Román también le pidió que le ayudara a buscar el socio inversor que necesitaban para cubrir el 15% restante del negocio, ya que por el despacho de Roca “pasaba mucha gente importante”. Y en poco más de una semana apareció ese socio, aunque hasta que no compraron el terreno no supo que era el propio asesor urbanístico. “No me preocupé mucho de cómo se constituyó la sociedad que compró los terrenos, quien la constituyó o la designación de los titulares”, explicó.
El ex teniente de alcalde tampoco ha aportado muchos detalles acerca de las claves políticas del urbanismo en la ciudad. Así, afirmó desconocer quién negociaba los convenios urbanísticos del Ayuntamiento. “Supongo que el alcalde, aunque no sé si con algún funcionario en concreto”, señaló, para más tarde apuntar que no creía que Roca manejase los hilos del urbanismo marbellí. “Jamás he afirmado que Roca tuviera un poder excesivo en el Ayuntamiento”.