«Vivo con mis padres y sin la ayuda tardaré en irme»

Manuel Souza apenas ha podido desembarcar en el mercado laboral. Es de los jóvenes a los que la crisis les ha impedido comenzar a labrarse un futuro. «No llegué a cotizar un año completo en la empresa en la que estaba contratado por lo que me dieron directamente esta ayuda». De albañil de profesión sabe que la situación está realmente difícil. «Tengo 26 años y todavía vivo con mis padres porque no me puedo permitir pagar ningún alquiler. Y, de comprar una casa me olvido». Si se le pregunta por el futuro no sabe qué responder, «está todo muy negro y cada día que pasa más». Lleva dos años en paro y no sabe muy bien cómo va a terminar su situación, «lo único que sé es que no tiro». Manuel no tiene grandes gastos pero «si vas sumando las pequeñas cosas como la moto, el seguro, los arreglos que siempre hacen falta, salir con los amigos... No llega para nada». Lo que a este joven le gustaría es encontrar un trabajo y poder irse de casa, «porque a este paso me jubilo viviendo con mis padres». La ayuda de los 426 euros que recibe cada mes se le termina este mismo mes, antes de que el Gobierno Central acabe con ella el próximo febrero. «Y, para colmo, estamos en Navidad que es cuando más se incrementa el consumo y los gastos, aunque me temo que este año los Reyes Magos van a venir cortitos».