VAN A FALTAR PIEDRAS

Los iconoclastas, que en tiempos eran los que le negaban el culto debido a las sagradas imágenes, han proliferado hasta el punto de que ya no le rinden culto a nadie. Sin duda se trata de uno de los laboriosos progresos humanos, pero está trabado por el rencor a la excelencia y para apedrear ídolos van a escasear pedruscos. Al príncipe Carlos y a su permanente amor la duquesa de Cornualles les atacaron unos coléricos estudiantes universitarios británicos, que protestaban por la subida de las tasas. Es no solo un suceso, sino un síntoma. El príncipe Carlos, al que hizo aún más célebre su matrimonio con Lady Di, siempre estuvo enamorado de Camila, la rubia equina. ¿Por qué les han roto las ventanillas de su coche? Los jóvenes ya no aceptan los prestigios hereditarios. A otra escala eso está sucediendo en todo el mundo. China le ha puesto cerco a la disidencia ante la concesión del premio Nobel a Liu y ha bloqueado las webs informativas. No se admiten hegemonías ni arquetipos ni ejemplos. Estamos leyendo el prólogo de una rebelión que será mayor cuando avancemos en la lectura del libro.

En la modesta medida que nos alcanza, aquí también somos testigos del apedreamiento de otros mitos. La palentina Marta Domínguez, última medalla de plata de los Europeos de Barcelona, está siendo cuestionada "por almacenar sustancias dopantes". Esta muchacha dorada, con vocación de galgo, era admirada por todos los deportistas sentados, a los que les ocurre lo mismo que a mí, o sea, que amamos el ejercicio físico a condición de no hacerlo. ¡No correr que es peor! Te pueden quitar todos los honores olímpicos si descubren en tu veloz sangre alguna sustancia ajena a tu organismo, ya que los organismos deportivos se han transformado en detectives orgánicos. Veo en esto, ojalá me equivoque, un odio hacia todo lo que destaca.