Obama pierde otra apuesta
El Senado frustra la promesa del presidente de Estados Unidos de permitir gays en el Ejército
NUEVA YORK.Actualizado:En sus últimos días con mayoría en el Congreso, el presidente Barack Obama está encontrando pocas satisfacciones. Por un lado, su partido se ha sublevado en la Cámara Baja y se niega a ratificar el pacto que hiciera con la oposición para prorrogar los recortes de impuestos. Por el otro, la oposición republicana no le da respiro y ayer tumbó en el Senado la ley de defensa que debería abolir la política contra los homosexuales en el Ejército, conocida como 'Don't Ask, Don't Tell' ('No preguntes, No digas').
«Hemos intentado avanzar esto de todas las formas posibles, he hecho el pino del revés para sacar esta ley adelante, pero está claro que los republicanos, liderados por unos cuantos, no quieren votar para abolir el 'No preguntes, No digas'», contó frustrado el líder del Senado, Harry Reid. «Quieren bloquear la votación a toda costa, incluso si eso significa que no pasemos la ley de defensa por primera vez en 48 años», lamentó.
La legislación para abolir la ley que implantó hace 17 años Bill Clinton como medida intermedia para detener la caza de brujas contra los homosexuales en el Ejército era un apéndice de la que contiene los gastos de Defensa, que suele gozar de amplio apoyo. Pero esta vez los republicanos han hecho buena su promesa de no aprobar nada hasta que pase la ley para prorrogar los recortes de impuestos de George Bush.
A los demócratas le faltaron tres votos para neutralizar la amenaza conservadora de bloquear la votación -57 frente a 40- pese a contar con el apoyo de una republicana. La senadora de Maine Susan Collins negoció hasta el último minuto con Reid para subir a bordo a algunos de sus correligionarios.
Es difícil decir qué ocurrió durante las negociaciones a puerta cerrada para que de pronto Harry Reid abandonase la mesa y convocase la votación sin llegar a un acuerdo, mientras Collins corría tras él confundida diciendo no entender qué había pasado. La senadora Claire McCaskill lo calificó de «un malentendido» pero los activistas de derechos humanos para los homosexuales arremetieron por igual contra los demócratas, furiosos por haber sacado la ley a votación cuando la derrota era segura.
«Hoy los líderes de ambos partidos han dejado colgadas a las tropas estadounidenses y al pueblo de EE UU», sentenció Joe Solomonese, presidente de Human Rights Campaign. El propio senador Reid no pudo por menos que estar de acuerdo. «Lamento decir que nuestras tropas pagarán el precio de nuestra incapacidad para superar el partidismo político», admitió el líder de los demócratas.
Nueva votación
«Todas las necesidades de nuestro Ejército son menos importantes que asegurar una rebaja de impuestos para todo el mundo en su segundo millón de dólares», masculló. No todo está perdido. Poco después Reid y Collins decidieron superar sus diferencias con la mediación del senador independiente Joe Lieberman y convocar una nueva votación de ese capítulo como ley independiente en la semana escasa que le queda de vida al 111 Congreso de Estados Unidos. «Estoy convencida de que tenemos 60 ó 61 votos para derrocar el 'No preguntes, No digas'», aseguró Collins.