El Príncipe Carlos. :: AP
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Críticas a la seguridad del príncipe Carlos

La Policía se desmarca de la responsabilidad por el ataque que sufrió el heredero de Reino Unido por estudiantes

LONDRES. Actualizado: Guardar
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El primer ministro, David Cameron, el jefe de Scotland Yard y los portavoces de palacio de Buckingham tuvieron que dar cuenta ayer de la responsabilidad de sus respectivas instituciones por unos veinte segundos de temor padecidos por el príncipe de Gales y su esposa, la duquesa de Cornualles, ante el ataque que sufrió su vehículo cuando les conducía el jueves por la noche a una gala benéfica en un teatro del centro de la capital británica. Los portavoces de la Casa Real manifestaron que el príncipe Carlos era consciente del peligro potencial del recorrido entre su residencia, Clarence House, y el teatro, situado a unos diez minutos de distancia en el interior de su Rolls Royce Phantom IV. Al otro lado del parque de Saint James seguían aún los disturbios provocados por grupos de estudiantes tras una manifestación contra el aumento de tasas universitarias.

Carlos habría dicho en una conversación durante la velada que tendrían que «armarse de valor para llegar» a la representación. La seguridad del recorrido, según el jefe de Scotland Yard, sir Paul Stephenson, había sido previamente comprobada por el Escuadrón de Protección Real (cuatrocientos miembros). El vehículo fue por Piccadilly a la esquina del Circus, donde el chófer giró a la izquierda por Regent Street.

Unos metros más adelante un grupo pequeño de manifestantes rodeó el vehículo y coreó: «¡Decapitación!». «¡Escoria 'tory'!». Una mujer fue imponiendo paulatinamente su grito: «No es la calle del regente, es nuestra calle». Algunos diarios afirmaban ayer que uno de los atacantes alcanzó con un palo las costillas de Camila, porque su ventanilla estaba extrañamente abierta en una noche fría.

Golpes y pintura

Lo más visible, en las imágenes filmadas por transeúntes, es que algunos atacantes patearon el vehículo y arrojaron pintura. Carlos y Camila fueron fotografiados con expresión de alarma ante lo que sucedía. Y luego con las manos enlazadas, una vez que la de la duquesa buscó el apoyo de la de su marido. El conductor logró acelerar y alejarse de la turba.

Stephenson felicitó a los policías que custodiaban a la pareja real en un vehículo que les seguía por la contención que mostraron al no utilizar sus armas. El primer ministro dijo que ha pedido que se estudie el incidente para mejorar la protección de la realeza, pero subrayó que la responsabilidad no es de Scotland Yard sino de los que atacaron el coche.