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Jonas Trueba (i) y Oriol Vila (d) en el rodaje de la película 'Todas las canciones hablan de mí'. :: L. V.
Sociedad

«Todos andamos perdidos en cuestiones de amor»

El hijo de Fernando Trueba debuta como realizador con una historia de amores difíciles de olvidar Jonas Trueba Director

ROBERTO GONZÁLEZ
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Jonás Trueba (Madrid, 1981), el hijo del oscarizado Fernando Trueba, debuta en el largometraje con 'Todas las canciones hablan de mí', una comedia romántica diferente en la que el chico (Oriol Vila) trata de olvidar a la chica (Bárbara Lennie). Anteriormente había trabajado en cortometrajes y como guionista de varias películas, entre ellas una de su padre, 'El baile de la Victoria'.

-¿Cómo ha sido el paso de guionista a director?

-Un salto natural. Siempre he tenido en la cabeza la idea de dirigir, desde pequeño. He empezado ahora porque esta historia me apetecía contarla yo.

-¿Se parece a los guiones que has escrito?

-Algunos periodistas encuentran similitudes con los guiones que escribí para Víctor García León. Uno siempre deja cosas suyas en los trabajos que hace. Al mismo tiempo creo que es diferente a todo lo que había hecho hasta ahora, a nivel de estilo, de cómo se ha realizado y de la gente con la que he trabajado.

-¿Se puede romper una relación antes de que se acabe el amor?

-No me siento nada capacitado para

hacer una refl exión mínimamente seria sobre el tema, ya que en cuestiones de amor todos andamos bastante perdidos y nos movemos en base a intuiciones. En una relación de pareja pasamos por todos los estados y eso es lo que he querido reflejar en la película. Quería que estuviese algo difuminado el período de relación y el período de virtual. Alguien que ahora tiene veinte años probablemente no haya escrito ninguna carta a mano, pero para nosotros era un gesto importante.

-¿Cómo escogiste al reparto?

-Son actores con registros distintos pero, sobre todo, son personas muy diferentes. Intenté apartarme de ciertos esquematismos y arquetipos de series juveniles. He tenido la suerte de contar con un grupo de actores estupendo como Oriol Vila, que ha hecho teatro y televisión, y con Bárbara Lennie, que es la actriz española que más admiro. La mayoría de ellos no son muy conocidos, algunos son amigos míos que ni siquiera eran actores, y creo que esa variedad le da a la película una cierta riqueza.

-¿Alguna película o director que te haya influido?

-No he querido hacer una película 'a la manera de'. Cada filme tiene su estilo y muchas veces está hecho a base de errores y de accidentes. Siempre hay influencias inevitables, de las películas que ve, de las canciones que oye; yo soy producto de mis amigos, de mi familia, de los libros y las películas.

-¿Y de la Nouvelle Vague?

-No, aunque sea un movimiento que me encanta. Pero ni siquiera esos realizadores se parecían entre ellos: no es lo mismo el cine de Truffaut, Rohmer, Godard, Chabrol o Rivette... si algo les unía es que empezaron a hacer un cine muy libre, con cámaras ligeras y podían salir a rodar por París. Es lo único en lo que puede parecerse mi película. Hay un cierto retrato de Madrid fi lmada desde mi punto de vista: las calles por las que camino a diario, los cafés en los que tomo algo...

-¿Qué papel tienen las canciones?

-El título alude a un estado de ánimo. Quizá sea algo equívoco, ya que puede llevar a la gente pensar que se trata de un musical. Lo que sí tiene es una banda sonora muy ecléctica que coquetea con diferentes estilos que van desde arreglos para orquesta de los años 60 hasta una canción pop compuesta el año pasado.