MUNDO

Suspense de circo en el Parlamento italiano

Rumores de compra de escaños, chaqueteros y una confusión total hacen muy incierta la moción de confianza contra Berlusconi

ROMA. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La política italiana da lo mejor de sí en los momentos culminantes. El espectáculo es inverosímil, como de circo. El próximo martes es uno de ellos: el primer ministro, Silvio Berlusconi, se somete a una moción de confianza con un gran suspense, pues los números son muy justos. Puede perder y tener que dimitir, y cambiar el Gobierno o incluso haber elecciones anticipadas; o puede ganar, pero por poco, y no lograr gobernar de todos modos. Nadie tiene ni idea de qué pasará, porque hay unos cuantos votos en el aire. ¿Por qué? En estos casos siempre aparece en Italia la figura esencial del chaquetero o el converso repentino. Es más, continúan los rumores de que Berlusconi compra diputados. Es famoso uno al que han prometido pagar la hipoteca. Según otro tránsfuga, la tarifa anda por 350.000 euros, que se camuflan como contratos de asesoría, según 'La Repubblica'. Aunque suele bastar la promesa de ser reelegido y seguir en la poltrona. El marcador cambia cada tarde: ayer era de 313 a 312 para la oposición.

Lo desesperante de esta crisis es que no acaba nunca. Empezó en abril, con la pelea en público entre Berlusconi y Gianfranco Fini, aliado y cofundador de su partido. Rompieron en verano y Fini se largó con 35 diputados. Fini no se atrevía a derribar el Gobierno, porque teme unas elecciones inciertas, pero al final se lanzó con la moción de confianza. Estaba seguro de sus números y exigió a Berlusconi que dimitiera antes. Pero el magnate repite que no renunciará jamás.

Rueda de prensa delirante

Un buen ejemplo de lo que ocurre es la delirante rueda de prensa de ayer de tres de estos elementos indecisos de la oposición, que han salido del armario y quizá apoyen a Berlusconi. Como ya pasan por traidores han decidido juntarse en un nuevo grupo parlamentario: Movimiento de Responsabilidad Nacional. Son Domenico Scilipoti (hasta ahora con el ex magistrado Di Pietro), Massimo Calearo y Bruno Cesario (ambos ex PD y ex API). Estos son sus principios ante la votación del martes, según explicó Calearo: «A día de hoy yo me abstendré, Scilipoti podría votar contra la confianza y Cesario, a favor. Para el martes intentaremos acordar una posición única, veremos quién convence a quién, pero entretanto esperemos que no se llegue al martes...». No es una frase de Groucho Marx, es la política italiana. Lo de no llegar al martes es por la posibilidad de un acuerdo in extremis entre Fini y Berlusconi. De personajes así depende el recuento final. Además de tres diputadas embarazadas de la oposición que pueden dar a luz ese día. Una se plantea hacer antes una cesárea.

Otro, Maurizio Grassano, liberal, dice que hará «lo que dice mi mamá, votar lo mejor para Italia», que no aclara qué es. Partidos enanos aprovechan para sacar tajada a cambio de apoyo: dos diputados tiroleses reclaman a Berlusconi la gestión de un parque nacional, y el de Aosta, un túnel alpino. Ayer, cuando Antonio Razzi, hasta ahora con Di Pietro, anunció que se pasa con Berlusconi por «un estado de sufrimiento atávico» en su partido, un colega irrumpió preguntando a gritos: «¿Qué le habéis dado? ¡Era antiberlusconiano de siempre!».