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Enrique, en un momento de un entrenamiento. :: VÍCTOR LÓPEZ
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«Reímos porque las cosas van bien, no porque esté Jose»

El veterano cadista reduce la evidente mejoría del equipo a una «buena racha que hay que aprovecharla» al máximoEnrique. Extremo del Cádiz CF

ALFONSO CARBONELL
CÁDIZ.Actualizado:

Aunque dice que «como Belén Esteban» está súper feliz, lo cierto es que a Enrique se le nota distante, serio y como cabreado con cierta prensa. También, aunque lo niega, se advierte en su carácter o en su forma de decir las cosas como un cierto deje de indiferencia hacia el recién llegado (Jose) así como un anhelo hacia el que se fue (Risto). 'Su' Cádiz, donde quiere colgar las botas, encadena tres victorias consecutivas pero el extremeño no cree que éstas hayan llegado directamente por causa del trabajo del nuevo técnico sino que más bien son producto de las rachas. «Ni ahora somos tan buenos, ni antes éramos tan malos», resume en una de primeras lanzas rotas por el entrenador serbio.

Enrique pasó ayer por la sala de prensa de El Rosal y protagonizó una intervención nada acorde al buen momento del equipo. Tan apagado fue el tono del jugador durante sus declaraciones que hasta un periodista le preguntó que si era feliz en el Cádiz. Entonces, el extremo -adicto a la prensa rosa- acudió a la princesa del pueblo para demostrar que sí lo está, que lo está muchísimo. «Yo, como dice Belén Estebán. Estoy súper feliz».

Y es que Enrique ni siente los pitos de la grada ni le importan demasiado los comentarios. Solo le importa «trabajar con la ilusión del primer día para que el míster» lo ponga a jugar. De hecho, se siente un privilegiado. «Yo soy súper feliz con mi mujer y mis hijas en Cádiz», dice de entrada. Y sobre la posible presión que pueda tener desde la grada, la minimiza hasta dejarla en nada. «Presión tendrá el (trabajador) de Astilleros que se pueda quedar parado el mes que viene. Me pitan cuando me pitan aunque la semana pasada me aplaudieron todos. Yo entreno como el primer dia, con ilusión, con ganas. Me gustaría retirarme en el Cádiz», resume con incredulidad y sin entender demasiado la pregunta antes formulada. Entonces, aprovecha para decir que cuando no quiso atender a la prensa hace dos semanas se debió a «una decisión» que tomó y que se debe respetar. Pero, y deja claro de nuevo, que «no fue ni por Risto ni por ningún motivo especial» al margen de las palabras que, según él, se tergiversaron en la prensa y en las que echaba la culpa a los medios de haber echado a Vidakovic cuando en realidad dijo que «ya estaréis contentos».

Las risas han vuelto a los entrenamientos, lo que para el de Azuaga no es más que un regreso al pasado. «También hubo una época en la que íbamos primeros, lo ganábamos todos y fuimos en el tobogán para abajo», señala como advertencia de que los malos momentos pueden llegar otra vez. «Ahora hemos tenido tres buenos resultados que los rivales no han conseguido y que han servido para remontar». Sobre el humor en los entrenamientos, también es claro. «Cuando se gana se ríe. Con Risto también nos reíamos cuando íbamos los primeros. Cuando vino la mala racha tocó agachar las orejas y apechugar. La alegria no se puede perder nunca. Nos reímos porque las cosas van bien, no porque esté Jose», sentencia.

En la misma línea, Enrique se basa en su experiencia para recordar que quedan muchas y peligrosas curvas. «Tenemos que tener claro lo que dije al principio de temporada. Esto es muy largo y esto no va a durar siempre. Ahora todo es muy bonito y aunque sea un tópico, ahora no somos tan buenos ni antes éramos tan malos. Ahora la corriente es positiva y hace un mes la corriente era toda la negativa que podía ser».

No duda-ahí están los resultados- que el nuevo entrenador ha cambiado la dinámica de trabajo. «Está claro que ahora Jose tiene que imponer su ideas, su forma de jugar y con resultados, evidentemente, todo es más fácil porque se tiene menos presión para afrontar la semanas».

Con el serbio en el recuerdo

Y a vueltas con Vidakovic, a quien considera una víctima de la mala racha. «Si supiera (la solución) no hubiéramos echado a Risto y seguiría aquí. Está claro que todos los equipos pasan por baches, lo que pasa es que a nosotros nos llegó uno en el que perdimos tres partidos seguidos fuera de casa, se complicó muchísmo el tema, veíamos que nos salimos de los puestos de play off... pero todos los equipos pasan malas rachas. Ahora tenemos una buena racha y hay que aprovecharla. Pero no hay explicación porque sí la hubiera no se hubiera cambiado de entrenador y todo estaría de puta madre y sería perfecto».

La defensa de Vidakovic da paso a la contratación de un gaditano como Jose, un entrenador que, según las palabras del extremeño, se ajusta al perfil de muchos otros cadistas metidos a entrenador y que se barajaron para sustituir al preparador balcánico. «Si conseguimos el objetivo, Jose habrá sido un acierto y si no lo conseguimos no es que sea un fracaso pero a lo mejor (se dice) que no es lo que se necesitaba para conseguir el objetivo. Pero evidentemente, para ahora, es un hombre que conoce la categoría, la casa... pero como también habría otros muchos candidatos como Raúl Procopio».

Una de las lagunas de este año está siendo la poca afluencia de público en Carranza. Es aquí donde Enrique se muestra más claro aunque entiende la reticencia de la gente. «Quiero que la gente vuelva auque sé que no es un época buena. La gente está apretada, llega Navidad, hace mal tiempo y el equipo no iba bien pero este domingo se juntan muchos condicionantes para que la gente vuelva. Es el dia ideal. Estamos bien y llega el líder», desea con humildad.