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Sergio Beato no estuvo a la altura en El Rosal y el San Fernando sufrió un duro correctivo ante el Cádiz B. :: V. L.
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Como un juguete roto

El San Fernando fue una marioneta en manos del Cádiz B

DANIEL ANELO MORENO
PUERTO REAL.Actualizado:

Las dos caras del fútbol, frente a frente. Cádiz B, un equipo con talento y proyección contra San Fernando, repleto de hombres a los que parece que ya les queda poco fútbol. Esas fueron las sensaciones encontradas que se dieron ayer sobre el césped del campo principal de El Rosal.

Algo no funciona en el conjunto de La Isla. No es normal que un grupo llamado a ser la referencia en la categoría y a luchar por el ascenso se paseara como una sombra durante los 90 minutos. Mal se han debido hacer las cosas cuando el gallito, por ejemplo, llega a la jornada 17 del campeonato ¡sin delanteros! Y no es la primera vez que ocurre. Cuando el peso del ataque se encomienda otra vez a un chaval guerrero y luchador como Brahim, dos semanas después de que se le hubiese mandado de nuevo al juvenil para que no empezara a creérselo. Sorprende que en el once titular, seis jugadores sobrepasaran la treintena. Que un futbolista como Iván Guerrero dispute diez minutos ante el Conil después de superar la enésima lesión... y vuelva a lesionarse. Que la alternativa al recambio de Puli fuera un delantero como Noel, al que medio Grupo Décimo codiciaba ¡hace cinco años! Que el peso de la creatividad se encomiende a dos hombres como Rodiel y Carlitos, centrocampistas de perfil bajo que, esta temporada desde luego, aparecen sólo cuando les da la gana; que dan la sensación de que aún no se han creído que son futbolistas. Que escasas sean las ocasiones en las que la plantilla haya estado disponible al completo... Lo del San Fernando parece un problema de fondo.

Todo lo contrario que el Cádiz B, que ayer dio la sensación de que puede llegar hasta donde le de la gana. Demostró que cuenta con hombres interesantes, que más de uno puede llegar a ser futbolista si apuesta decididamente por ello, con todas las consecuencias. En una temporada tan complicada como la presente, no es la primera vez que da una lección de casta, de exquisita propuesta futbolística. Al San Fernando lo manejó desde el principio. Porque no tardó ni cinco minutos en poner las cartas sobre la mesa. Dieguito, que corrió tanto o más que cuando se le convoca con el primer equipo, rompió una defensa manida con su velocidad y estableció el primero. Rubén Pérez y Rubén Díaz pudieron abrir la brecha tan sorprendentemente pronto si no hubiesen caído en sendos fueras de juego muy discutidos. Pero tal era la sangría que el segundo no tardaría en llegar. El ex delantero del Mirandés, en uno de los tantos mano a mano contra el portero que ayer se produjeron, resolvió de perfecta vaselina.

Sin reacción

En la segunda parte no cambió mucho el cuento. Los isleños tratando de mandar por medio de un Canito que ya no está para los 90 minutos. Un futbolista al que le duele el equipo, de los más talentosos que haya pasado por la categoría en los últimos años. Pero sólo eso, hablar, tratar de poner equilibrio. Tanto que hasta se dejó llevar por la impotencia entrando al trapo de las críticas que sufría desde la grada por su gestión en la parcela de la dirección deportiva. Pero sobre el campo la historia seguía siendo la misma.

Un dato que revela lo que el San Fernando fue ayer sobre el césped es que el primer disparo a puerta con relativo peligro llegara en el 71', obra de Rodiel que lo mandó a las nubes. Y que el segundo y último fuera un cabezazo de Castillo con escasa intención en el 85'.

Y entre medio, el esperpento. Carrasco, que había evitado que la goleada fuera mayor con dos buenas paradas, echó todo su trabajo al traste al perder inocentemente un balón en el área de lo que se aprovechó Fran para robarle la cartera y hacer el tercero.

Fue la historia de 90 minutos (porque ni descuento hubo) con dos colores distintos, que dejó un nuevo lesionado para el San Fernando, Carlitos (otro más), y otro nuevo desencanto, y un brote de esperanza para el Cádiz B, que si lucha y pelea no pasará apuros para conseguir la permanencia.