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Dos vehículos de bomberos se desplazaron al lugar del siniestro. :: E. L.
Ciudadanos

El derrumbe de un techo obliga a desalojar a cuatro familias de una finca de la calle Pelota

El informe de los bomberos apunta al sobrepeso provocado por una construcción en la azotea como posible causa del siniestro

ANTONIO M. DE LA VEGA
CÁDIZ.Actualizado:

Paco y su esposa se llevaron ayer el susto de su vida. Eran las cinco y media de la tarde y estaban tranquilamente en el salón de su casa disfrutando de las últimas horas del día festivo. De repente oyeron un ruido tremendo, «como si hubiera explotado una bomba». Cuando vieron lo que había sucedido no se lo podían creer, su cuarto de baño se había transformado de repente en una escombrera. No solo eso, también una de las habitaciones de la vivienda, justo el dormitorio en el que asiduamente pasan la noche su hija y su nieto de tres años. Ayer, por no ser día laborable, no se encontraban en la casa.

Este derrumbe se produjo en la finca número 9 de la calle Pelota. Lo que cayó concretamente fue el cuarto de baño de un «partidito» construido en la azotea, además de parte de esta. Todo cayó sobre el tercer piso de este edificio en el que viven cuatro familias, con alrededor de quince personas en total.

Y si grande fue el susto para Paco y su familia, no lo fue menos para los inquilinos de la vivienda siniestrada, una joven pareja que, por suerte, tampoco se encontraba en el cuarto de baño en el momento del derrumbe. «Ha sido como un terremoto», explicaba Inma, que vive en esta construcción sobre la azotea en régimen de alquiler. Ya hace algunos días que oían sonidos extraños en la vivienda, «como de cascotes cayendo», tanto es así que hoy esperaban la visita de una empresa para verificar el estado de esta construcción que se añadió a la finca hace unos diez años. No les dio tiempo.

Daños materiales

No hubo daños personales, más allá de la ansiedad provocada por el tremendo susto, pero los materiales son cuantiosos. Tanto los vecinos del cuarto como los del tercero han perdido todo lo que tenían en las habitaciones afectadas, desde objetos de aseo hasta ropa y algunos muebles.

Al escuchar el estruendo todos los vecinos salieron de inmediato, lo que no sabían es que tendrían que esperar durante horas en la calle para volver a entrar. A algunos les dio tiempo a recoger lo esencial, otros tuvieron que esperar a que los bomberos les dejasen entrar, piso por piso, para coger algunos de sus enseres. Lo imprescindible para pasar la noche fuera. Aún está por ver si tendrán que ser más, aunque los informes periciales previos apuntaban a ello. La decisión definitiva la tienen los técnicos de la Delegación de Urbanismo del Ayuntamiento. Los bomberos, que decidieron precintar la finca a las ocho, apuntan como posible causa del derrumbe al sobrepeso causado por la construcción en la azotea. Anoche decidieron dejar el edificio intacto, al considerar que la retirada de los escombros podría ser perjudicial y causar más aún daños.