AL CARA RUEDA
Actualizado:Voy a ir al grano, Cara Rueda, que yo sé que tú eres un tío ocupao y tienes más estrés que un controlador aéreo. Cara Rueda: ¿Tú has probao el atún encebollao del Campero de Barbate? Te lo digo por lo siguiente. Me he gastado 25 euros en comprarme el libro que escribes todos los años: La Guía Michelín. Por cierto, una cosita, Cara Rueda, tú que eres tan fino y que te da un telele si te ponen un plato una mijita descascarillao con el fuá (foigrá fino para los no iniciados), te podrías gastar un poquito más en el papel, que es un servilletero con las hojitas tan endebles... que pareces que las tienes a régimen de pescadilla en blanco.
Hombre, yo este año estaba muy contento. Por fin te habías dignado a darle una de tus ansiadas estrellas a alguien de la Bahía de Cádiz y yo me compré tu libro por tal de ver lo de A Poniente y Ángel León con mis propios ojos. Ahí estabas tú, en la portada, con tu cuerpo de neumáticos. Me vas a perdonar la confianza pero por aquí somos así, enseguida le cogemos cariño a la gente y los bautizamos poniéndole su mote... y a ti te pega el Cara Rueda, porque tienes toa la cara de los bajos de un camión Pegaso.
Sin embargo, me da la impresión, Cara Rueda, de que a ti y a mí nos separa una cosa. Tengo la sensación de que no has probado el atún encebollao de El Campero y sólo así se explica que no haya ni una palabra sobre este restaurante en tu guía. Si quieres, te llevo. Quedamos temprano. A las diez y media en la Venta Pinto, en la Barca de Vejer. Allí no hay ninguna barca, pero se llama así, qué quieres, quillo, esto es Cádiz. Si ves en la barra a un tío despeinao y con cara de mero empanao, ese soy yo. A ti te conozco de vista... bueno y tampoco hay muchos tíos que vayan vestíos como de media docena de donuts blancos apilaos, como vas tú.
Nos vamos a tomar allí medio bocadillo de lomo en manteca, pa que te vayas calentando, y nos compramos una telera, que luego te va a hacer falta, y ya salimos pa Barbate. Si quieres paramos en el polígono del Olivar y te compro una latita de atún y ya nos llegamos al bar de Presenta, y para ponernos a tono nos comemos un montaíto de atún en manteca. La manteca es blanca y te hace juego con el donut, Cara Rueda.
Ya entonaos, al Campero. Mesa para dos. Una copita de oloroso, por favó y dos de atún encebollao. Huélelo primero, Cara Rueda: vinagre de Jerez arejuntao con orégano salvaje... Chanel número 7, por lo meno. Sácate la telera del bolsillo y moja pan en la salsa. ¿Qué?... poesía encebollá, ¿a que sí? Po ahora métele mano al trozo de atún. Al Cara Rueda se le cayeron dos lagrimones y se puso hasta arriba de atún. No sé si le puso tres estrellas, pero cayeron 3 medias raciones... y como si fuera el Papa se jincó de rodillas y besó la última fuente que había dejado más brillante que el escaparate de la joyería Gordillo... y pa mí que, por lo bajini, hasta echó un eructito. Pa mí que se fue contento, aunque pa ti y pa mí... las ruedas tienen muy poca expresión en la cara.