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La Federación comunicó al Barcelona el aplazamiento y luego le obligó a viajar

BARCELONA. Actualizado: Guardar
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El fútbol español escribió ayer un nuevo capítulo, diferente y surrealista, que mantuvo en vilo a dos equipos y a muchos aficionados. El Barcelona tenía previsto tomar un vuelo a las 13 horas con destino a Pamplona después de que los operarios de Iberia aseguraran al club que ya se habría solucionado el problema de los controladores aéreos.

Pero el problema no se solucionó. Entonces, el Barcelona «contactó personalmente con la RFEF para exponer la situación», según señala el presidente Rosell, y la Federación le comunicó el aplazamiento del partido para hoy a las 17 horas.

No obstante, el club catalán recibió una sorpresa cuando a las 15:00 horas «la RFEF ha vuelto a contactar con el Barcelona para comunicar que, en contra de lo que había anunciado en el mediodía, se reafirmaba en el hecho de que el partido se debía jugar el sábado, con el riesgo de perder los tres puntos si el equipo no comparecía».

La expedición culé tomó un tren a las 16 horas con destino a Zaragoza y luego un autobús a Pamplona. Llegó a las ocho y por ello el encuentro comenzó con una hora de retraso, si bien el árbitro debía ser flexible.

El Barcelona apunta que la comunicación que recibió a las 15:00 horas también llegó firmada por la Liga. Ante este desconcierto, el Barça ha expresado su «indignación» a la RFEF porque la indecisión del organismo federativo «ha causado un gran perjuicio para los intereses deportivos, a la imagen y a los aficionados» del conjunto barcelonista.

Y es que la propia Federación admitió su pifia. Reconoció que comunicó al Barcelona el aplazamiento, pero que posteriormente, ante la negativa del equipo navarro, rectificó y obligó al conjunto catalán a viajar a Pamplona. «Fue iniciativa de la Federación aplazar el partido, pero queríamos que se jugase el fin de semana».