Alfredo Pérez Rubalcaba, ayer, en la Moncloa. :: REUTERS
ESPAÑA

El Gobierno resta dramatismo a las amenazas diplomáticas de Marruecos

El Parlamento del país vecino reclamó ayer al Gobierno de Rabat que «proceda a revisar de forma global las relaciones con España»

MADRID/RABAT. Actualizado: Guardar
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El vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, no se mostró ayer excesivamente inquieto ante la decisión de Marruecos de replantear sus relaciones con España y tampoco ante la marcha para la «liberación» de Ceuta y Melilla organizada por varias asociaciones políticas y sociales del país vecino. El número dos del Ejecutivo alegó que ambos países han hecho un «esfuerzo» en los últimos años para reforzar las relaciones bilaterales y que no hay razones para la preocupación. «Hoy disponemos de una base de confianza que no había hace algún tiempo y eso es lo que me permite asegurar que no hay ninguna situación o circunstancia que no podamos superar», señaló durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.

Las autoridades españolas llevan días tratando de apaciguar los ánimos de los marroquíes por las resoluciones de condena a los acontecimientos de El Aaiún aprobadas sucesivamente en el Parlamento Europeo, en el Senado y el jueves en el Congreso de los Diputados. No a alto nivel. De momento, las gestiones han recaído en el embajador en Rabat, Alberto Navarro, que según explicó la ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, desde Mar del Plata, ha hablado en varias ocasiones tanto con el jefe de la diplomacia de Marruecos, Taieb Fassi Fihri, como con su número dos para convencerles de que los textos respaldados por el PSOE no censuran a su país sino los «hechos violentos» en el campamento desmantelado de Gdeim Izik.

Lo cierto es que la moción negociada por los socialistas con el grupo proponente de Izquierda Unida, y respaldada por todas las fuerzas políticas de la Cámara Baja, también instaba al Gobierno a hacer saber a Marruecos su «preocupación» por las informaciones sobre violaciones de derechos humanos en el Sáhara y a «intensificar y profundizar» las relaciones con el Frente Polisario, a quien da estatus de «legítimo representante del pueblo saharaui». Eso es lo que convierte la declaración del Parlamento, a ojos de las autoridades marroquíes, en un ataque a su soberanía.

El Ejecutivo actúa, de momento, como si las protestas en el país vecino no fueran más que fuegos de artificio. Rubalcaba se despachó el asunto de la marcha reivindicativa contra las dos ciudades autónomas españolas con una simple frase: «Ceuta y Melilla están plenamente seguras».

Imbroda pide «sensatez»

El jefe del gobierno melillense, Juan José Imbroda, también trató de evitar alarmismos, pero pidió a Marruecos «sensatez». Tras defender que la resolución que ha indignado al país magrebí no es en absoluto «hiriente» insistió en que ahora debe «serenarse» y no caer en la tentación de crear mayor crispación cada vez que hay un problema entre países que son socios.

El Parlamento marroquí, por su parte, pidió ayer, tras varias horas de debate, al Gobierno de Rabat que «proceda a revisar de forma global las relaciones con España». La Cámara de Representantes, se reunió de forma extraordinaria para analizar la moción aprobada por el Congreso de los Diputados que condenaba la violencia en El Aaiún. La resolución de los diputados marroquíes sigue la misma línea que ya avanzó el propio portavoz del Gobierno del reino alauí el jueves, que se planteaba si habría llegado el momento de «reexaminar» las relaciones bilaterales.

Sin embargo, el Ejecutivo de Rabat dio ayer la callada por respuesta acerca de las explicaciones que el Gobierno español ha ofrecido a Marruecos sobre la moción de los diputados españoles. Según la ministra Trinidad Jiménez, el embajador español en Rabat, Alberto Navarro, se reunió el mismo jueves con el jefe de la diplomacia marroquí, Taieb Fassi Fihri, para hacerle ver que la resolución no condenaba la actuación de la Policía de Marruecos sino que se trataba de una condena a los «sucesos violentos» que se produjeron durante el desmantelamiento del campamento. El Ejecutivo marroquí mantiene por ahora, no obstante, silencio y tampoco ha especificado qué medidas concretas podrían adoptar dentro de esa «revisión» de las relaciones con España.

Hoy, las asociaciones juveniles de varios partidos políticos marroquíes marcharán desde Rabat a Ceuta para reivindicar la soberanía sobre las ciudades y los enclaves españoles en el norte de África. Se calcula que alrededor de un centenar de personas se manifestarán por la mañana junto a la sede del Instituto Cervantes de la capital marroquí, y que de ahí partirán en autobuses hacia Ceuta. «Será una marcha pacífica, no es en contra de los españoles, sino para reivindicar unos territorios que son nuestros», aseguró ayer a este diario uno de los organizadores, Hakim Amrani, delegado de la Asociación Chaoura para la Educación y la Cultura.