Michael Douglas encara el futuro

Cuando las salas norteamericanas estrenaron la esperada entrega de 'Wall Street: el dinero nunca duerme' el pasado 24 de septiembre, el rostro del despiadado financiero Gordon Gekko no podía ocultar el paso de los años después de cumplir una larga condena por fraude financiero, blanqueo de dinero y asociación ilícita. Con todo, el personaje interpretado por Michael Douglas derrochaba salud y la misma agresividad que le hicieron universalmente famoso en aquella magistral 'Wall Street' de 1987, dirigida por Oliver Stone. Paradojas de Hollywood, la imagen de ese Douglas de acero se vio agitada de pronto por el calvario que estaba atravesando tras serle detectado en agosto un cáncer avanzado de garganta.

Encorvado, con la mirada perdida y muchas arrugas en el rostro, el icono del cine que retrató un paparazzi tras una sesión de quimioterapia en un hospital de Nueva York era la imagen misma de la derrota. 'Está al borde de la muerte. No va a pasar de las navidades', tituló con saña un tabloide.

Pero los malos augurios que pesaban sobre la vida del actor empiezan a disiparse. Una vez superada la fase más dura del tratamiento -3 sesiones de quimioterapia y 7 semanas de radiación- los médicos estiman que tiene un 80% de posibilidades de recuperarse. «Los niveles de 'quimio' combinado con radiación que me han dado son los máximos permitidos. Ha sido un infierno», ha declarado a la revista 'The Hollywood Reporter'.

En enero, tendrá que someterse a nuevas pruebas para confirmar que el tumor ha desaparecido por completo. Pero lo más importante es que Douglas ha recuperado la sonrisa. De sentirse abatido por los estragos de la quimioterapia y acosado por los fotógrafos, el actor se siente ahora con otro ánimo gracias, sobre todo, al calor de los suyos, que le ha hecho descubrir «lo que es la familia». Alejado de los estudios de grabación y lejos del contacto con sus seres queridos, que «me han demostrado un amor que nunca supe que existía realmente», la enfermedad le ha acercado a su padre, el veterano Kirk Douglas, de 93 años, de quien se mantuvo distanciado durante años. «Mi padre no ha podido ser más cariñoso. Ha estado conmigo cada día. Fue fantástico».

En la entrevista concedida a la misma revista, el actor no oculta que desea dejar atrás este 2010, un año lleno de adversidades en el que ha afrontado el drama del encarcelamiento de su hijo mayor, Cameron, por un delito de tráfico de drogas y un juicio contra su ex mujer, Diandra, que le reclamaba la mitad de sus ingresos por la segunda parte de 'Wall Street', una demanda que el actor ganó en los tribunales.

«Después de tanta adversidad, ser capaz de estar aquí y de hablar del futuro me hace feliz». De entrada, se prepara para volver a rodar como protagonista del filme 'Liberace', una cinta dirigida por Steven Soderbergh y cuyo rodaje comenzará en mayo de 2011. Antes, el actor tendrá que someterse a un trabajo especial de formación musical.