«No hemos dormido en cinco meses desde que desapareció mi hermano»
Jesús García Bellido ha regresado a casa tras pasar casi medio año en Francia desorientado, debido al trastorno mental que padece
JEREZ.Actualizado:Han sido cinco meses de angustiosa incertidumbre en los que se ha experimentado de todo: esperanza, desesperación, pesimismo, expectación... Una larga espera que ha culminado con un final feliz gracias al regreso a casa de Jesús García Bellido, un jerezano de 35 años que desapareció de buenas a primeras el pasado mes de julio. Su familia movió cielo y tierra para encontrarlo, con una preocupación creciente debido al trastorno mental que padece.
Hace dos días, el vía crucis terminaba con la llegada del desaparecido a Jerez directamente desde Francia. Como relató a este medio su hermano Juan Manuel, él mismo les ha contado que abandonó Jerez rumbo al país galo con el fin de alistarse en la legión (algo que, obviamente, desconocían los suyos). El caso es que una vez allí, Jesús comenzó a deambular por París y perdió toda su documentación, hasta que la Policía lo retuvo y acabó hospitalizándolo.
Ya en el centro sanitario, tuvo que transcurrir un mes hasta que Jesús fuera identificado, pues como explicó su hermano el idioma dificultó con mucho su comunicación con el personal. «Al final averiguaron que se trataba de Jesús, entonces contactaron con el Hospital de Jerez y desde allí nos avisaron a nosotros. Yo pude hablar con él y comprobé que efectivamente era mi hermano, tras lo que organizamos su vuelta, que fue muy complicada».
Periplo de vuelta
Al principio, desde el hospital parisino pretendían que la familia acudiera a la capital francesa a recogerlo, pero los García Bellido argumentaron que no tenían los recursos económicos necesarios, y finalmente la Seguridad Social española se encargó de enviarlo en un avión hasta Sevilla, donde lo recogió una ambulancia que lo dejó directamente en el Hospital de Jerez.
El martes, sus seres queridos pudieron por fin encontrarse con él y comprobar que su estado no reviste gravedad. «Yo lo he visto bien -confirmó su hermano-. Hay que tener en cuenta que se ha llevado un mes ingresado allí con un tratamiento y ahora de lo que se trata es de que siga con él aquí. Es verdad que está más delgado, porque se llevó días sin comer, pero también está contento de haber vuelto».
El descanso no ha llegado sólo para Jesús, sino también para toda su familia, que recuerda con angustia los días vividos. «Nosotros hemos descansado, porque nos hemos llevado cinco meses sin dormir desde que desapareció mi hermano. Y sinceramente siempre te pones en lo peor, aunque la esperanza nunca se pierde. En el fondo, hemos tenido suerte».
Cuando el paciente regrese a casa con sus padres, también les queda a todos otro periodo de adaptación y aprendizaje. «A ver si lo podemos curar -deseó Juan Manuel-. Esperemos que se conciencie, tome la medicación y pueda convivir con nuestros padres». El futuro, en cualquier caso, después de lo vivido, se presenta lleno de esperanza para una familia que ya puede dormir tranquila.