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Tribuna

Pobre Zapatero, pobres españoles

AURELIO SÁNCHEZ RAMOS
DIPUTADO NACIONAL POR CÁDIZ DEL PPActualizado:

No es la misma pobreza porque Zapatero es pobre en capacidad de gestión y en efectividad para generar confianza, que es precisamente el principal problema que tiene España ante Europa y ante nuestra recuperación económica y consiguiente creación de empleo, pero sigue siendo rico en poder político que no ha perdido a pesar de su incapacidad general. Los pobres reales somos los españoles que hemos perdido mucha calidad de vida, riqueza y tranquilidad para el futuro. También es muy rico Zapatero en promesas y afirmaciones grandilocuentes y gratuitas que desgraciadamente nunca se cumplen y que la realidad de la situación se encarga de desmentir inexorablemente.

Para muestra recordemos cómo se vanagloriaba muy ufano de la seguridad española que ETA se encargó de desmentir al día siguiente volando el aparcamiento de la Terminal 4 del aeropuerto de Madrid. También recordamos su afirmación de que a España no le afectaría la crisis porque estábamos, según él, en la Champions league de la economía europea. Cada trimestre prometía una creación de empleo que no se cumplía y que empezó prometiendo la creación de dos millones y medio de nuevos puestos de trabajo para, en plena crisis y pleno delirio, atreverse a prometer el pleno empleo. En junio de 2008 afirmó que España tenía condiciones para llegar a los niveles de empleo de la media europea, cuando la realidad es que al inicio de la crisis teníamos menos paro que Francia y Alemania y ahora tenemos el doble que Francia y el triple que Alemania. En plena escalada de subida del paro cerró 2008 diciendo que en marzo o abril de 2009 se generaría un volumen muy estimable de empleo. Llegó esa primavera pero no llegó tampoco el empleo y fue cuando, sin brotes verdes, dijo lo de que «la tierra pertenece a nadie salvo al viento» y nos consoló afirmando que el deterioro estaba tocando fondo. Llegó el otoño y tampoco, por lo que entonces dijo que podríamos ver síntomas positivos en el segundo trimestre de 2010. En abril de 2010, con cuatro millones cuatrocientos mil parados, dijo que la tasa de paro había tocado techo y comenzaría a bajar en mayo. En ese mes al pobre Zapatero, que se acababa de comprometer a no tomar medidas drásticas, le forzaron desde Europa a congelar las pensiones y rebajar el sueldo de los funcionarios, así como subir el IVA con lo que hacía más pobres a los ciudadanos. Como sus previsiones tampoco se cumplían, en octubre pasado dio un golpe de efecto cambiando el gobierno y ello le permitió afirmar que ese Gobierno sería el de la recuperación definitiva. La situación a día de hoy, con el efecto Rubalcaba amortizado, el aumento del desempleo a pesar de la reforma laboral del Gobierno, con la situación de Irlanda y las dudas europeas sobre nuestra economía, ha provocado otro golpe de efecto de Zapatero reuniéndose con los grandes empresarios españoles buscando una nueva foto, que es su inútil forma de gobernar, que no tendrá más efectividad que la efímera foto de ese día y que ya ha anunciado que repetirá dentro de dos o tres meses, justo en puertas de las elecciones municipales y autonómicas. Genio y figura de este pobre iluso, que es responsable exclusivo de la pérdida de credibilidad y confianza, que es el mayor problema que tenemos para salir de la crisis, y que no se da cuenta de que no se la devolverán los grandes empresarios o las fotos en los medios de comunicación, sino que es él quien tiene que conseguirlas por ser quien las ha perdido.

Mientras, significados ministros echan balones fuera culpando al PP de todo lo que se mueve. Así Blanco, que no se atreve a criticar a Almunia por sembrar dudas sobre si España podrá cumplir o no con los compromisos asumidos y de que tenga además alguna estrategia necesaria para el crecimiento económico, arremete contra el PP tachándolo nada menos que de broker de los elementos especulativos contra España. Lo mismo que Chaves, que dice que Rajoy está de acuerdo con la política de Cameron y por lo tanto privatizará la educación y la sanidad, lo que supondrá «una mejor educación y sanidad para los ricos y peor para los pobres». Es lamentable esta demagogia barata y que olvide que en España tanto la educación como la sanidad son competencias exclusivas de las autonomías y ni Rajoy ni ningún presidente de Gobierno puede privatizarlas.

Ante esta situación nos preguntamos qué nos espera durante el próximo año y medio que falta de legislatura y donde no es difícil adivinar que España perderá un tiempo precioso para recuperar su economía. Esperemos no ser intervenidos por la UE ante las dudas y desconfianza manifestadas abiertamente de que España pueda cumplir su compromiso de reducción del déficit. Nos preguntamos también quién será más pobre durante este tiempo, y la respuesta es clara ante la mínima posibilidad de que Zapatero pueda movilizar internamente al electorado criticando y culpando de todo al Partido Popular o sacar rendimiento de la utilización de la política internacional para sus fines electorales, como dicen los de Wikileaks. Desde el PP estamos convencidos de que la única salida pasa por nuevas elecciones para que venga un nuevo Gobierno capaz de generar la confianza necesaria para que se recupere nuestra economía y pueda crearse empleo. Pero ese no es el interés demostrado por Zapatero y por ello la consecuencia será que los españoles seremos más pobres por culpa de un pobre hombre que, como nos recuerda también Wikileaks, aunque ya lo sabíamos, es un político cortoplacista que supedita intereses generales a su propio interés personal. Y así nos va.