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El Príncipe Felipe conversa con el presidente de la CEDE, Isidre Fainé, en presencia de Montilla. :: EFE
ESPAÑA

El Gobierno pide al PSOE que combata la idea de fin de ciclo

José Montilla asume la responsabilidad de la derrota por su falta de liderazgo al frente del Gobierno catalán

P. DE LAS HERAS / C. REINO
MADRID / BARCELONA.Actualizado:

El 'espíritu de la remontada' se desinfla. La crisis del Sáhara, el regreso de la inestabilidad financiera y el batacazo de los socialistas catalanes en las elecciones del domingo han consumido en apenas un mes los ánimos que había conseguido inocular al PSOE la remodelación del Gobierno. El ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, hizo ayer un llamamiento a los suyos para que mantengan el tipo y combatan la sensación de «fin de ciclo».

No es fácil porque, aunque en público los dirigentes socialistas niegan que pueda hacerse una lectura nacional de los resultados del PSC, a puerta cerrada reconocen que el varapalo no solo se explica por la incongruente gestión del 'tripartito' o por la pérdida de señas de identidad del PSC, sino que también tienen que ver con una apatía, cuando no enfado, de los electores.

El riesgo está en que los propios socialistas se contagien de ese abatimiento. Jáuregui alegó -en su primera reunión con el Grupo Parlamentario Socialista- que el PSOE tiene un «proyecto» político, que no se ha movido de forma errática sino dando una «respuesta» a cada momento y todos deben ser capaces de defender esa idea. «No podemos trasladar la sensación de que estamos solo respondiendo a una coyuntura», dijo a los diputados.

Fernández también trató de explicar la decisión de José Montilla de anunciar que abandona y dejará el cargo de primer secretario del PSC, una decisión que, según fuentes de la dirección socialista, no ha gustado en Ferraz. Montilla, pese a su anuncio, no se esconde. El presidente de la Generalitat asumió ayer todas las culpas de la debacle socialista. «Soy -dijo- el máximo responsable de lo que ha pasado» y achacó el fracaso electoral -28 diputados, menos de la mitad que CiU- a la falta de un liderazgo que en ocasiones tuvo que ser más firme.