Opinion

Los problemas de la paquetería internacional

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Hará unos dos meses, compramos con toda la ilusión del mundo unas figuras que provenían de una empresa de China. Después de abonar su valor más los gastos de envío para poder tenerlas en una semana, cuál fue nuestra sorpresa al ver que, en vez de recibir el paquete, recibimos una carta desde Madrid, de cierta empresa privada. Resumiendo el contenido de la carta, habían 'secuestrado': nuestra preciada mercancía en nombre del todopoderoso Correos y su compañera Hacienda. Amparándose en una nueva normativa, nos exigían ¡de nuevo! el pago de las tasas generadas por el envío postal, más un 'pequeño impuesto revolucionario' por sus servicios. Y nosotros en casa nos preguntábamos... ¿quiénes son?, ¿por qué Correos me obliga a utilizar los servicios de una empresa privada que desconozco?, ¿y quién les ha facilitado mis datos a estos señores? No había más salidas. O ibas a Madrid (el viaje nos sale más caro que el paquete) o cedías y pagabas a la empresa por un servicio que antes era público y gratuito.

Sacando conclusiones con otras personas que se encontraban en la misma tesitura, parece que este es un nuevo 'negocio' enfocado a sangrar un poco más al ciudadano; ya no importa que hayas pagado los portes o las tasas, ya no importa que antes se pudiera solucionar todo con un simple fax. Ahora, si quieres comprar algo en el extranjero, tendrás que pasar bajo el yugo de esta nueva empresa fantasma al servicio de vaya usted a saber quién.