Ofensiva militar en Brasil para pacificar las favelas
Lula despliega 800 soldados para controlar una revuelta de narcos decididos a mantener sus bastiones en las barriadas de Río
Actualizado: GuardarAlrededor de 800 militares comenzaron a desplegarse ayer en Río de Janeiro con la orden de apoyar a miles de policías que desde hace seis días plantan cara a una revuelta de narcotraficantes en las favelas. Según los recuentos llevados a cabo por la prensa local, hasta el momento se han contabilizado 44 muertos en unas barriadas sitiadas por la violencia. Pese a los sangrientos choques entre las bandas organizadas y las fuerzas de seguridad, la población de las favelas respalda el esfuerzo del Gobierno para erradicar la delincuencia de una urbe que será escenario del Mundial de 2014 y de los Juegos Olímpicos de 2016.
Dos bandas de narcos -el Comando Rojo y los Amigos de los Amigos- han provocado la movilización del Ejército brasileño con su ofensiva para defender sus bastiones en las favelas. Los traficantes, aliados contra el Ejecutivo, pretenden frenar la operación de limpieza iniciada por la Policía para instaurar la ley y el orden en las barriadas. Con esta determinación, sobrepasaron las fronteras de sus territorios y empezaron a quemar coches y autobuses incluso en zonas acomodadas de Río.
El Gobierno reaccionó a esta ola de violencia con un despliegue sin precedentes que sacó de su madriguera -la favela de Vila Cruzeiro- a 150 narcos armados que huyeron a las barriadas de Penha y Complejo del Alemán. En estos dos núcleos se concentraban ayer los combates con la Policía y el Ejército, que habían cercado las favelas para evitar su huida. Los delincuentes, lejos de amedrentarse, mantienen su desafío y siguen ardiendo coches y autobuses tanto en su nuevo fortín como en otros puntos de la ciudad.
El secretario de Seguridad Pública, Roberto Sa, explicó que los 800 hombres que están llegando a Río son miembros de la Brigada de Infantería de Paracaidistas. Con esta ofensiva reforzada, las autoridades confían en que la resistencia que están oponiendo los delincuentes decaerá en cualquier momento. Poco antes de la llegada de los primeros efectivos militares, los narcos gritaban insultos al cielo y mostraban sus armas a un helicóptero blindado de la Policía civil y a otro de la Marina que sobrevolaban las favelas. Segundos después, según las imágenes captadas por las cámaras, los delincuentes dispararon sin provocar daños a las aeronaves, pero desataron el pánico entre los vecinos de las favelas. Al parecer, los traficantes obligan a los residentes a permanecer en sus casas y queman vehículos y neumáticos para generar columnas de humo negro e impedir el paso de los vehículos policiales.
Respaldo de la población
Los narcos sublevados, en su afán por mantener controlados a los vecinos, amenazan con incendiar también las casas e incluso con atentar contra las obras del teleférico que construye el Gobierno para mejorar la movilidad de los residentes en las laderas de Río. Pese a las presiones, la población aplaude el operativo militar y no es extraño ver a vecinos ofreciendo a los uniformados agua y comida.
Un balance de la Policía Militar detalló ayer que desde el domingo se ha contabilizado 25 muertos, tres policías heridos, 192 detenidos y 98 vehículos incendiados. Pero las cifras parecen conservadoras comparadas con otros registros. El diario 'Folha de Sao Paulo' aseguraba que los muertos ya son 44, entre ellos una niña de 14 años y una mujer de 62.
Ante este panorama, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, prometió al gobernador de Río, Sergio Cabral, todo el apoyo que solicite. El mandatario, que dejará el Gobierno a finales de año, se reunió con el ministro de Defensa y con el secretario de Seguridad a fin de discutir una estrategia conjunta entre las policías del estado, la federal y las Fuerzas Armadas.
Lula, de viaje en Guayana para asistir a la cumbre de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), consideró que «no es humanamente explicable que el 99% de los trabajadores que quieren vivir en paz sean molestados por quienes están en la marginalidad». El ex presidente y líder opositor Fernando Henrique Cardoso también se manifestó a favor de la ofensiva. «Los traficantes practican el terrorismo, atacan a la población, queman autobuses y amenazan a todo el mundo. La ciudad no puede aceptar que parte de su territorio quede bajo control del narcotráfico», remarcó.