DECLARACIÓN POLÍTICA

El Parlamento ruso culpa directamente a Stalin de la matanza de Katyn

Los parlamentarios trasladan sus condolencias a los familiares de las víctimas

CORRESPONSAL. MOSCÚ Actualizado: Guardar
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La Duma, la Cámara Baja del Parlamento ruso, aprobó hoy una declaración en la que culpabiliza directamente al dictador comunista, Jósif Stalin, de la matanza de polacos perpetrada en 1940 por verdugos del NKVD (Comité Popular de Interior) en el bosque de Katyn (región rusa de Smolensk). “Los crímenes de Katyn fueron ejecutados por orden directa de Stalin y de otros dirigentes soviéticos”, se asegura en el documento aprobado por la Duma.

Los parlamentarios expresan además su “profundo pesar” en relación con lo sucedido y trasladan sus “condolencias a los familiares y allegados de las víctimas”. “Esperamos que se abra una nueva etapa en las relaciones entre nuestros países -Polonia y Rusia-, que deberán desarrollarse dentro de los valores democráticos”, concluye la declaración.

El escrito, que recibió el apoyo de todas las fracciones parlamentarias salvo la comunista, señala que todos los documentos sobre la tragedia de Katyn estuvieron largo tiempo clasificados en el archivo del Politburó del Partido Comunista de la URSS. La mayor parte han sido ya entregados a Polonia. El presidente del comité parlamentario de Política Exterior, Konstantín Kosachiov, dijo que “Rusia está interesada en que se esclarezca todo lo relacionado con Katyn”.

Archivos desclasificados

El pasado mes de abril, tras el accidente aéreo sufrido por el entonces presidente polaco, Lech Kaczynski y su séquito, Rusia decidió desclasificar los archivos sobre Katyn. El director de la Agencia Federal de Archivos rusa (Rosarjiv), Andréi Artízov, manifestó que el presidente Dmitri Medvédev les había ordenado colgar en la página web de la institución copias digitales de los documentos procedentes de la carpeta especial número 1”, a la que sólo tenía acceso el jefe del Estado.

Las copias publicadas contienen siete legajos. El primero es una solicitud del comisario encargado de Interior, el sanguinario Lavrenti Beria, en el que pide a Stalin su consentimiento para que sean fusilados los prisioneros polacos, a los que acusa de “contrarrevolucionarios” y de hacer propaganda antisoviética. La nota, fechada el 5 de marzo de 1940, aparece con el visto bueno del dictador soviético en trazos de lapicero en color azul.

Tras la invasión de Polonia por el Ejército Rojo en 1939, fueron hechos prisioneros más de 100.000 oficiales polacos. Unos 22.000 fueron exterminados por el NKVD en Katyn y enterrados en varias fosas comunes. El terrible crimen fue ocultado por las autoridades soviéticas hasta 1989, cuando Mijaíl Gorbachov, reconoció por primera vez la responsabilidad de la URSS en la masacre. Kaczynski y todos los miembros de la delegación oficial que le acompañaba perecieron en una catástrofe aérea cuando se dirigían a Katyn, el pasado 10 de abril, para rendir homenaje a los militares polacos fusilados.