Un paseo frustrado

Los veteranos del PP consideran que su partido ya ha ganado una primera batalla en Cataluña antes de las elecciones, la de la normalidad. «Hace cuatro años, la Policía nos tuvo que escoltar en la pegada de carteles en Girona porque nos tiraban adoquines», recordaba ayer Chema Rivas, miembro de la vicesecretaria de Organización del PP. «Ahora, al contrario, la gente se acerca a nosotros con amabilidad», remachó.

Este año, a diferencia de lo que ocurrió en 2008, no se han producido ningún altercado digno de mención en los actos y mítines protagonizados por la candidata del PP a la presidencia de la Generalitat, Alicia Sánchez Camacho, que ha estado respaldada por toda la cúpula nacional del partido, encabezada por Mariano Rajoy, que ha estado nada menos que siete de los quince días de campaña en Cataluña.

Esta ausencia de incidentes es, según los populares, una muestra del cambio de imagen del PP que se percibe en Cataluña, una comunidad clave para las aspiraciones del líder de la oposición de llegar a la Moncloa en 2012. Ahora, dicen en el partido opositor, «se nos percibe como una fuerza moderada» y no como «un partido españolista recalcitrante y anticatalán» como ocurría hasta hace poco.

Siguiendo esta clave de evitar problemas, Mariano Rajoy anuló ayer el paseo que tenía previsto dar por la tarde en las calles de Tarrasa. No hubo una explicación oficial de la cancelación, pero fuentes del PP indicaron que la presencia de grupos antisistema y seguidores del movimiento 'okupa' en la ciudad «ha desaconsejado» su presencia en las calles.

Al parecer, estos grupos extremistas preparaban actos de protesta contra el líder conservador durante su caminata.