Un acuerdo sobre un caso de 'kale borroka' enfada al juez del tribunal
MADRID. Actualizado: GuardarDebía ser un juicio más en la Audiencia Nacional contra supuestos activistas de la 'kale borroka', pero la vista terminó en una bronca sin precedentes entre el presidente del tribunal, los abogados y el fiscal del caso. El motivo, un supuesto acuerdo entre el Ministerio Público y las defensas de los 15 imputados para sustituir la petición de condenas de entre cuatro y 17 años de cárcel por penas de multa. Un pacto que, presuntamente, fue desautorizado en el último minuto por el fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza. Los abogados y la Fiscalía, ante el cambio de última hora, intentaron suspender la vista y se abrió la caja de los truenos.
Los letrados de la defensa sostuvieron que no se habían preparado el juicio porque todo estaba pactado con el fiscal del caso, Luis Barroso. Pese a las insistentes peticiones, el presidente de la Sección Tercera de la Sala de lo Penal, Alfonso Guevara, se negó a aplazar la vista porque no había «causa de suspensión legal». Fue entonces cuando empezó el guirigay. El abogado Iñigo Iruin trató de explicar al tribunal que hace 15 días Barroso, «tras unas conversaciones previas», le había entregado una carpeta verde con «dos calificaciones alternativas» y que una de ellas, la de la multa a cambio de prisión, había sido aceptada por los cinco abogados de la defensa.
«¡A mí, conversaciones de café, no!», espetó Guevara dispuesto a seguir. «¡También podían esperar que este humilde magistrado hubiera fallecido y así no se celebraba el juicio!», respondió irritado el presidente del tribunal. Para entonces la sala era un murmullo constante entre los incrédulos abogados. El cabreo de Guevara, entretanto, iba 'in crescendo'.
Las voces no amedrentaron a otro de los letrados, Joseba Elosua, que, con «absoluto respeto», intentó explicarse. Tras este último rifirrafe, comenzaron los interrogatorios. Y entonces volvió a saltar la chispa. Cuando se iba a iniciar la declaración del segundo acusado, su letrado, Zigor Reizabal, anunció que abandonaba la sala «no como un acto de obstrucción a la justicia, sino porque prima el derecho de defensa de mi defendido».
El desplante fue demasiado para el magistrado: dedujo testimonio contra Reizabal por desacato y obstrucción, y ordenó informar de lo ducedido al Colegio de Abogados.