La recuperación de los cuerpos de los mineros se retrasará meses
Los equipos de rescate no bajarán a la explotación hasta que estos gases terminen de consumirse
EUROPA PRESSActualizado:El rescate de los cuerpos de los 29 mineros que han muerto tras permanecer cuatro días atrapados en una mina de carbón cercana a la ciudad de Greymouth, en la Isla Sur de Nueva Zelanda, podría retrasarse semanas e incluso meses, debido a la alta concentración de gases tóxicos que todavía presenta el yacimiento.
El director ejecutivo de Pike River Coal -empresa propietaria de la mina-, Peter Whitthall, ha advertido de que la acumulación de gases que provocó la primera explosión, que propició el derrumbe de la mina, y la segunda, en la que se confirmó la muerte de los operarios, todavía existe, por lo que podría producirse una tercera.
Por este motivo, los equipos de rescate, que han trabajado intensamente durante los últimos cuatro días, no bajarán a la explotación hasta que estos gases terminen de consumirse. Los ingenieros prevén que este descenso sería posible en un plazo de unas semanas o unos meses, cuando podrían recuperar los cadáveres.
Además, Whitthall ha defendido la actuación de los rescatistas, que han sido duramente criticados por los familiares de los mineros, quienes consideran que tras la primera explosión podrían haber bajado a la mina al suponer que los gases tóxicos se habían consumido con la detonación. "Estas personas también están sufriendo (...) Se dieron cuenta de que si hubieran bajado a la mina ahora estarían muertos", ha dicho Whitthall en declaraciones recogidas por Radio New Zealand.
Las familias piden una investigación
Por su parte, Laurie Drew, el padre de uno de los mineros, ha asegurado que las familias también reclamarán una investigación sobre las decisiones que se tomaron durante el proceso de rescate. "Me aseguraré de eso (...) no importa cuánto tiempo lleve. Llegaré a la verdad", ha reiterado Drew.
Mientras, todo el país ha despedido este jueves a los 29 mineros con banderas a media asta y repique de campanas en las iglesias en señal de duelo nacional, por el peor accidente minero ocurrido en el país en los últimos 70 años. "El país está unido en su profunda pena y esperanzado en que dará algo de consuelo a las familias de aquellos que han muerto", ha dicho el primer ministro neozelandés, John Key, quien ha señalado que la reunión con los familiares había transcurrido "con mucho dolor, pero sin nada de odio".
Por su parte, la selección nacional de rugby de Nueva Zelanda, los All Backs, ha anunciado que sus jugadores lucirán una cinta blanca en el brazo durante el partido que disputarán contra Gales el próximo sábado, para manifestar su pésame a las familias.