Zapatero pide ayuda a la élite empresarial para superar la crisis
El presidente cita el sábado en Moncloa a las 30 mayores compañías del país
MADRID.Actualizado:Ya hay fecha y lugar para el cónclave del presidente del Gobierno con los grandes empresarios españoles. Un grupo del que puede presumir ante el mundo. Será el próximo sábado en el palacio de La Moncloa, a las 10.30 horas. En principio, no faltará ninguno y estarán representados todos los sectores clave de la economía; desde la energía a la construcción pasando por la banca, el turismo, las telecomunicaciones o la distribución. Entre otros muchos estarán César Alierta, Florentino Pérez, Emilio Botín, Amancio Ortega e Isidoro Álvarez, pero entre los elegidos no hay ninguna mujer. Y tampoco la CEOE, lo que ha despertado la crítica de su aún presidente, Gerardo Díaz Ferrán, ya de retirada y en sus horas más bajas.
El jefe del Ejecutivo pedirá a tan selecto club un esfuerzo por invertir y crear empleo en casa y por tratar de resucitar la 'marca España', hoy renqueante y, cosas de la vida, de la que algunos de los invitados han querido alejarse en los últimos tiempos. El Gobierno promete escuchar las quejas y sugerencias que surjan de lo que se plantea como un debate abierto y acompañar a las compañías en sus procesos de internacionalización. Crecer fuera, de la mano del Ejecutivo, para después dedicar los recursos generados a sostener el país.
José Luis Rodríguez Zapatero reúne a la 'crema' empresarial en el peor momento para la economía española, con 4,5 millones de parados, el crecimiento estancado, en pleno ataque de los especuladores y cuando los llamados 'mercados internacionales' se empeñan en hundir la credibilidad del país. Es el momento. Así lo ha considerado el presidente, que ocultó hasta última hora su intención de realizar la reunión a buena parte de su gabinete. De hecho, muchos de los ministros se enteraron de la iniciativa por la prensa.
Zapatero pretende consultar a los primeros espadas de las grandes multinacionales españolas su visión de la situación económica y sus eventuales 'recetas' para salir del agujero. Ya lo había hecho antes. Pero siempre en 'petit comité' o a través de su oficina económica en encuentros muy discretos. En esta ocasión se hace a lo grande y con publicidad, para que no quepan dudas fuera de nuestras fronteras.
Será un 'quid pro quo' en el que quien pide -el Gobierno- también otorgue. Todo ello por acabar con la actual incertidumbre y recuperar cuanto antes la maltrecha confianza. Junto al esfuerzo por levantar los ánimos y el empleo, se prevé que Rodríguez Zapatero reclame a la banca que abra por fin el grifo del crédito, clave para cualquier recuperación.
Los convocados son los grandes, los más poderosos. Casi todas las empresas elegidas cotizan en Bolsa a excepción de La Caixa, Caja Madrid, El Corte Inglés, Mercadona y el Grupo Mondragón. Fuentes de Moncloa señalan que Zapatero los ha preferido para esta cita frente a las pymes, las verdaderas generadoras de empleo, por su capacidad de arrastre. No ha tardado mucho Mariano Rajoy en contraatacar, y ya ha anunciado una reunión con las principales asociaciones de autónomos.
Estampa histórica
La estampa será sin duda histórica. Ver en la escalinata de La Moncloa semejante grupo de poderosas fortunas al lado del presidente es, precisamente, lo que quiere y necesita José Luis Rodríguez Zapatero. Los invitados, que en su inmensa mayoría tienen el foco centrado en el extranjero, no olvidan que el corazón y el origen de su negocio están en España. Muchos de ellos, siempre en privado, reconocen que la situación es grave y que las medidas contra la crisis resultan insuficientes. Pero todos saben de la importancia de la cita.
Más allá del conjunto, nadie puede olvidar que algunos de los seleccionados, como Isidoro Álvarez (El Corte Inglés) o Amancio Ortega (Inditex), son prácticamente 'invisibles', pues han hecho de la discreción parte de su secreto. Habrá de todo. Ricos de familia, como Rafael del Pino (Ferrovial) y hombres hechos a sí mismos, como Luis del Rivero (Sacyr). La llamada del presidente provocará, incluso, escenas impensables por tensas e incómodas, como la coincidencia en la misma sala de Ignacio Sánchez Galán (Iberdrola) y Florentino Pérez (ACS), enemigos declarados.
La selección de empresas hecha por Zapatero parece equilibrada y construida bajo criterios como el tamaño, la facturación, el empleo generado y la presencia exterior. El corte había que ponerlo en algún punto y no hay ausencias destacadas. No cree lo mismo Gerardo Díaz Ferrán, quien afirma que el presidente del Gobierno ha fallado al convocar a las treinta más grandes para que le cuenten «lo mismo que lleva diciendo dos años» una CEOE que, a su juicio, sí representa al conjunto del empresariado español.
Junto a la ausencia de mujeres, que chirría un tanto después del anuncio del Gobierno de que primará en los contratos públicos a las compañías con presencia femenina en su consejo, sorprende un tanto el llamamiento a Anfac, la patronal de fabricantes de automóviles. Y es que esta organización está controlada por marcas extranjeras y no españolas. Aunque no es menos cierto que la automoción es uno de los sectores más importantes en términos de empleo y con más arraigo en el país.