Medvédev admite por primera vez «signos de inmovilismo» en Rusia
El presidente reconoce que "existe el peligro de que la estabilidad se convierta en factor de estancamiento”
MOSCÚ Actualizado: GuardarEl presidente ruso, Dmitri Medvédev, acaba de colgar en su videoblog http://news.kremlin.ru/video/620 una alocución reconociendo que en la política de su país percibe "síntomas de inmovilismo". "De un tiempo a esta parte han surgido en nuestra vida política síntomas de inmovilismo y existe el peligro de que la estabilidad se convierta en factor de estancamiento".
La denostada época del "estancamiento", que sentó las bases de la futura desintegración de la Unión Soviética, se refiere a los años de mandato del dirigente comunista Leonid Brézhnev, el periodo comprendido entre 1964 y 1982. "Si la oposición carece totalmente de posibilidades de ganar en una lucha honesta, se degrada y marginaliza. Pero si el partido gobernante nunca corre el riesgo de perder, se petrifica y también termina degradándose", admite el jefe del Kremlin en su videoblog.
Según su opinión, la solución al problema consiste en "elevar el nivel de competición política". Lo que no explica es cómo. A la espera de que una nueva legislación modifique las cosas, la oposición democrática sufre serios problemas a la hora de legalizar sus organizaciones, requisito imprescindible para presentar candidatos a las elecciones. Tiene además vedado el acceso a los medios de comunicación controlados por el poder, que en Rusia son prácticamente todas las televisiones, y casi nunca logra autorización para celebrar mítines y manifestaciones.
El pasado mes de septiembre, Medvédev dijo que "una democracia parlamentaria sería una catástrofe para Rusia". Durante el viaje que realizó a EEUU la pasada primavera, el presidente ruso advirtió que su país "necesitará varias décadas para desarrollar eficazmente sus sistemas político y económico".
Pero ahora Medvédev quiere que el sistema político ruso "sea más justo, flexible, dinámico y abierto a la renovación y el desarrollo". Eso sí, alerta que "las reformas políticas no deben conducir al caos". A comienzos de año, el centro de estudios estadounidense Freedom House clasificaba a Rusia en un informe como uno de los países más autoritarios del mundo, al mismo nivel que estados como Irán, Venezuela o Vietnam.