PSOE y PNV evitan a Zapatero el mal trago de responder sobre el Sáhara
El PP habla de «apagón informativo» y califica la postura del Gobierno hacia Marruecos de «dejación vergonzosa y vergonzante»
MADRID.Actualizado:La sociedad parlamentaria funciona. El PNV sumó ayer sus votos a los del grupo socialista para evitar que José Luis Rodríguez Zapatero tuviese que acudir al pleno del Congreso y participar en un debate monográfico sobre el asalto al campamento saharaui de El Aaiún. El presidente del Gobierno se ahorra así una comparecencia en la que hubiese tenido que escuchar una catarata de críticas de la oposición por el papel jugado por España durante la crisis y la más que segura exigencia de una condena sin paliativos a la represión desatada por Marruecos en la ex colonia.
La comparecencia urgente y extraordinaria fue reclamada en la Junta de Portavoces por el grupo Mixto (BNG, UPyD y Nabai), por Esquerra Republicana e IU, y contó con el apoyo del PP. La ausencia de los portavoces de CiU, ERC e IU, de campaña electoral en Cataluña, y el voto contrario de los nacionalistas vascos permitieron al PSOE dejar sin efecto la petición.
Los socialistas, con ayuda de sus nuevos socios, evitaron exponer a Zapatero a un evidente desgaste parlamentario y a otro debate público que amplificaría la brecha que ya se ha abierto entre la dirección del PSOE y el Ejecutivo y su base social y electoral, defensora de la causa saharaui y que exige una condena de la violencia marroquí.
El portavoz socialista en la Cámara, José Antonio Alonso, señaló que la comparecencia del presidente es innecesaria porque hace solo dos días la titular de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, explicó durante horas en la comisión específica la información disponible sobre el asalto, las razones de la postura «prudente» hacia Marruecos y el compromiso del Ejecutivo con una solución negociada para el Sáhara. La postura de no valorar los hechos hasta conocer un informe independiente «no ha variado», «no hay datos nuevos o relevantes» y nada, por tanto, «justifica» otra comparecencia, comentó Alonso.
La réplica llegó de inmediato desde las filas populares. Soraya Sáenz de Santamaría denunció la colaboración del PNV en un «apagón informativo» y las «pocas ganas de comparecer y de dar explicaciones» de un Ejecutivo que cree que incurre en «una vergonzosa y vergonzante dejación de la defensa de los derechos humanos» que, en su opinión, es un asunto «innegociable» para cualquier Gobierno. La portavoz parlamentaria del PP indicó que la «prudencia» que reclama Zapatero no está reñida con la condena de las violaciones de derechos y que el problema es un discurso «incoherente e incongruente».
Los socialistas han salvado de un duro trago a su líder, pero el Gobierno y el grupo se enfrentarán la semana próxima a sendas mociones de la oposición, en el Congreso y el Senado, en las que se reclama al Ejecutivo un apoyo sin matices a los derechos del pueblo saharaui y una condena explícita de la violencia de Marruecos en El Aaiún. El PSOE tratará de tirar de nuevo del PNV porque con sus votos no podrá rechazar la moción del Congreso. La del Senado, donde no tiene mayoría, es casi imposible que la salve.
Críticas internas
La crisis saharaui amenaza con pasar una factura abultada en las filas del PSOE. Su corriente interna, Izquierda Socialista, hizo público un comunicado en el que pide al Gobierno y al partido que condene «la agresión marroquí» y «su brutal política represiva» contra los saharauis. Esta corriente, que solo suma tres de los 169 diputados, exige que se recupere «un discurso socialista consistente» para que trabajadores y «sectores progresistas» puedan volver a dar su confianza al PSOE.
Alonso, después de insistir en que la defensa de los derechos fundamentales siempre será la «imagen de marca» del PSOE, mostró su respeto por el comunicado pues demuestra que su partido está formado por «personas libres». No obstante, dejó claro a los diputados disidentes que una cosa es la libertad de expresión y otra la disciplina de voto. Casi seguro que pensaba en las mociones que el pleno debatirá y votará el próximo martes.
Los socialistas castellano-leoneses también fueron ayer un paso más allá. Apoyaron en las Cortes una declaración que «condena enérgicamente el empleo de la fuerza contra la población civil saharaui», aunque sin nombrar a Marruecos, y muestra «su honda preocupación por la constante violación de los derechos humanos por parte de las autoridades marroquíes».