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ESPAÑA

Condenado a 31 años de cárcel el etarra que asesinó al edil del PP Manuel Indiano

AGENCIAS
MADRID.Actualizado:

La Audiencia Nacional condenó ayer a 31 años y 6 meses de cárcel al etarra Francisco Javier Makazaga Asurmendi por el asesinato del concejal del PP en el municipio guipuzcoano de Zumárraga Manuel Indiano el 29 de agosto de 2000. El tribunal consideró probado que el terrorista reconoció los hechos en una nota manuscrita enviada a la dirección de ETA.

La sección primera de la sala de lo penal de este tribunal sentenció que, además de la pena de prisión, Makazaga deberá cumplir 36 años de inhabilitación absoluta y tendrá que indemnizar a la pareja e hija de la víctima con 600.000 euros y a sus padres con 150.000.

La sentencia establece que sobre las diez de la mañana de aquel 29 de agosto el condenado, que integraba un comando junto a otros dos terroristas, entró en el establecimiento de golosinas que regentaba Indiano «disparándole no menos de 14 veces con sendas pistolas», lo que causó su muerte de forma inmediata.

Las armas empleadas en el atentado fueron localizadas en un registro que se efectuó el 9 de marzo de 2001 en un domicilio situado en el número 7 de la calle Lau Haizeta de San Sebastián, donde vivía otro miembro de ETA, Asier García Justo, al que Makazaga se las había entregado en enero de ese año para que las guardara.

El tribunal, asimismo, dio por acreditado que, tras ser detenido el 22 de agosto de 2001, Makazaga «escribió de su puño y letra y logró hacer llegar a la dirección de ETA en Francia una carta en la que literalmente dice: «'fuimos a la casa de Zumárraga, entre los tres hicimos lo de Indiano'».

Este documento fue intervenido en un registro efectuado entre el 29 y 30 de abril de 2002 en una vivienda en la localidad francesa de Castres y estaba dentro de un sobre con la leyenda «para transcribir y devolvernos. MAKO».

El tribunal, formado por el presidente Javier Gómez Bermúdez (ponente) y los magistrados Nicolás Poveda y Ramón Sáez, valoró el informe pericial caligráfico realizado a Makazaga para comprobar si la nota manuscrita en euskera era atribuible al etarra, lo que confirmaron los agentes.

«En consecuencia, Makazaga reconoce en ese documento que cometió el delito hoy juzgado, pues así lo indica el tiempo verbal en primera persona del plural, «lo hicimos» (nosotros), de modo que, sean quienes sean, él o los demás intervinientes, uno de los que ejecutaba la acción es el autor del documento», sostiene la resolución.

Los peritos explicaron que esa carta se denomina «kantada» en el argot de ETA y es una «autocrítica donde, tras la detención, el terrorista cuenta a la dirección lo que ha hecho hasta ese momento, dónde ha estado, qué atentados ha cometido y cuáles han podido ser los posibles fallos, qué infraestructura ha quedado al descubierto por su detención».