Las ayudas rompen el Gobierno de coalición del 'Tigre celta'
El primer ministro, Brian Cowen, adelanta las elecciones generales a enero tras perder el apoyo de los Verdes
LONDRES. Actualizado: GuardarDe la ruina financiera a la crisis política. El primer ministro irlandés, Brian Cowen, perdió ayer la confianza de sus socios minoritarios en el Gobierno de coalición y el crucial apoyo de dos diputados independientes a su estrategia en la resolución del galopante problema de endeudamiento estatal, que ha requerido la intervención de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional. El partido Verde, que sostiene a Fianna Fail desde 2007, exigió ayer la convocatoria de elecciones anticipadas el próximo mes de enero.
John Gormley, líder de los verdes, se hizo eco del ambiente general al denunciar que «los irlandeses se sienten engañados y traicionados» tras una semana «traumática». El plazo dado por los socios en la coalición dominada por Fianna Fail aporta cierto respiro al Gobierno para negociar las condiciones del rescate internacional, rubricar el inminente plan para estabilizar la economía y aprobar en el Parlamento de Dublín los presupuestos estatales, anunciados para el 6 de diciembre. «Dejar al país sin un gobierno mientras estas cuestiones siguen sin resolverse sería dañino», señaló Gormley para justificar su exigencia de elecciones generales en la segunda mitad de enero 2011.
Cowen aceptó en parte el ultimátum de los Verdes y por la tarde anunció que disolverá el Parlamento una vez se aprueben los presupuestos generales. El plan fiscal de 2011, que incluye medidas para reducir en 6.000 millones de euros el gasto público, se presentará en el Dail el próximo 7 de abril. El primer ministro advirtió en rueda de prensa de que las negociaciones del rescate internacional toman como base los presupuestos, y «un retraso» en su aprobación «debilitará nuestra posición».
Escasa mayoría
Pero el Ejecutivo de coalición se balancea en la cuerda floja. Cowen cuenta en el Dail con una angosta mayoría de tres escaños, y dos de ellos pusieron ayer en duda la continuidad de su apoyo a Fianna Fail. El diputado Jackie Healy-Rae denunció «las descaradas mentiras» que ha escuchado el pueblo irlandés del Ejecutivo respecto al agujero en las finanzas estatales y la necesidad de pedir ayuda a la UE y el FMI.
Tras una semana de negar que Irlanda estuviera en apuros financieros e insistir en que había suficientes reservas a medio plazo en las arcas estatales, Cowen finalmente confirmó el pasado domingo que el gabinete acababa de aprobar la solicitud de intervención de las instituciones internacionales. «Ha llegado la hora de decir la verdad. Ha llegado la hora de un liderazgo político basado en la integridad y honestidad», dijo Healy-Rae. Su colega en el Dail Michael Lowry adelantó que es «muy improbable» su voto positivo a los presupuestos.
De confirmarse la amenaza de ambos independientes, el Gobierno se verá en dificultades para sacar adelante su proyecto para ahorrar 6.000 millones de euros adicionales en 2011, basado en el recorte de servicios públicos e incremento de los impuestos. De hecho, la oposición exigió ayer la dimisión del primer ministro y la convocatoria inmediata de elecciones generales.
El ministro de Finanzas, Brian Lenihan, intentó justificar la posición del Gobierno en los últimos días relacionándola con una cuestión de estrategia negociadora. «Los asuntos financieros requieren considerable discreción», defendió en una intervención radiofónica. No obstante, Lenihan «lamentó» que el electorado crea que el Gobierno le ha engañado porque, según dijo por la mañana, «no nos ayuda como país».
Mientras, la furia crece entre los irlandeses. Sinn Fein convocó ayer una manifestación en Dublín que, aunque poco numerosa -en torno al medio centenar de personas-, resultó muy ruidosa. En otras ciudades se preparan concentraciones en protesta por la «traición» de los líderes políticos que, según denuncian en sus convocatorias en Internet, destinarán la ayuda externa para «rescatar a los bancos en vez de ayudar a los estudiantes o evitar el recorte de los servicios públicos». Los políticos de Fianna Fail son objetivos esporádicos del lanzamiento de huevos y queso por parte de gente que se ve en paro, sin fondos para afrontar la hipoteca y bajo la amenaza de un brutal tijeretazo a los subsidios estatales. Sin embargo, el nivel de confrontación aún no ha alcanzado los extremos registrados en Grecia. En Irlanda predomina la sensación de vergüenza y humillación por estar al borde de la bancarrota.