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Puértolas, la quinta mujer académica de la Lengua
La escritora aragonesa reivindicó la «subjetividad del novelista» y disertó sobre el uso del castellano en el 'Quijote'
MADRID. Actualizado: GuardarLa escritora Soledad Puértolas (Zaragoza, 1947), una autora intimista, de trazos delicados, temerosa de la fragilidad de los sentimientos y de la inconsistencia de algunas certezas, se ha convertido este domingo en la quinta mujer que ingresa en la Real Academia Española (RAE). Arropada por numerosos académicos y amigos, Puértolas disertó en un concurridísimo salón de actos sobre los personajes secundarios del 'Quijote'. «Tengo debilidad por aquellos a quienes, en los diferentes órdenes de la vida y del arte, les toca ocupar posiciones marginales y a quienes de pronto descubre la mirada de un espectador, un lector, un amigo o un desconocido». El discurso de contestación corrió a cargo de José María Merino.
La autora de 'El bandido doblemente armado' (la novela que le dio a conocer al alzarse con el premio Sésamo en 1979), 'Queda la noche' (premio Planeta 1989) o 'La vida oculta' (premio Anagrama de Ensayo en 1993) ocupará el sillón 'g' minúscula, vacante tras el fallecimiento del ingeniero Antonio Colino. Tras recordar con cariño y admiración a su antecesor -«un hombre señalado por su profunda humanidad, su modestia, su honradez y su sentido del deber»-, dijo que esta herencia de la letra 'g' simboliza para ella «el vasto mundo de los misterios científicos».
Puértolas reivindicó la «subjetividad del novelista» y también la ingenuidad. La escritora hizo suya la célebre frase de Julián Marías: «Ingenuo quiere decir ser libre, porque sin cierta ingenuidad no hay libertad en el hombre».
La maestría de Cervantes
La quinta mujer que entra en una institución que 'fija, limpia y da esplendor a la lengua' fue elegida académica el pasado 28 de enero, después de que su candidatura obtuviese los votos necesarios. «El 'Quijote' es una lección constante, un estímulo continuo para los escritores», afirmó. «Es tan variada la gama de los tonos, ritmos y registros de la lengua que asombra la naturalidad con la que pasa de unos a otros. Jamás había alcanzado el castellano esa naturalidad y flexibilidad, esa capacidad de acomodarse a situaciones y personajes tan diversos».
A Puértolas siempre le llamó la atención lo raro y los raros, esos seres tangenciales, misteriosos, que no pasan desapercibidos, bien por su singularidad o por su torpeza. «De los cuentos que me leyeron en la infancia me fijaba, sobre todo, en aquellos personajes que se quedaban un poco atrás: un sapo desorientado, un elefante patoso, una gallina de plumaje deslucido. Fue una niña inquieta y soñadora que no entendía el mundo de los adultos. «Ante esta evidencia elegí refugiarme en mis fantasías».