Tan cómoda como necesaria
El Xerez golea al Real Valladolid con un ‘hat trick’ de un José Mari inconmensurable
JerezActualizado:Pundonor, actitud, efectividad, fuerza, intensidad... Estos conceptos pasan totalmente desapercibidos cuando la pelotita entra. Ayer, al Xerez le entró en cuatro ocasiones, abusando de un Valladolid reservón, que llegó a Chapín con ganas de raspar un punto y sacar tajada de la mala racha azulina. Pero este doctor Jekyll y señor Hyde que es el Xerez puede ser capaz de lo peor (véase el caso de Granada) o de lo mejor (como pasó ayer). Y eso que la primera toma de contacto del Xerez con el esférico fue una declaración de intenciones de lo que, a priori, el conjunto azulino no debe hacer. Óscar Díaz saca del centro del campo, el esférico llega a Lombán que mete un balonazo que llega manso a las manos de Jacobo. Y no habían pasado ni quince segundos. Y es que los de Javi López querían pecar de resultadistas y ganar en casa desde el vestuario. Una ansiedad que duró casi una hora, hasta que José Mari destapó el tarro de las esencias.
Hasta el primer gol azulino la película del partido era aburrida, sosa, muy centrocampista (Antonio Gómez colocó cinco jugadores en el centro del campo para paliar la creatividad del Xerez) y pobre en juego. Los primeros 45 minutos fueron de auténtica guerra entre dos pizarras, la de López y Gómez, pero pizarras tan poco originales como los apellidos de sus dueños. El Deportivo se metía en el partido con presión ante una defensa rival temblorosa, tanto, que en un par de minutos Barragán se convierte en el mejor delantero del Xerez y remata de cabeza hacia su propia portería. El balón lo repele el travesaño, pero pronto se vio que el Valladolid a domicilio no es el de casa.
Los pucelanos se quitaban de encima la presión xerecista abusando del balón largo y las segundas jugadas, lo que facilitaba la labor defensiva de los azulinos. Una defensa que ayer volvió a pecar de indecisión en ocasiones, imprecisiones que a López les da más de un quebradero de cabeza y que ayer asomaron la cabeza por Chapín. Nubarrones que pronto se abrieron dejando un lindo sol, ya que el Valladolid vino a empatar y ni Javi Guerra ni Sisi ni Nauzet Alemán inquietaron a Chema.
Eso provocó que el Xerez diera un paso al frente y se estirara sobre el terreno de juego, algo complicado teniendo en cuenta el fuerte trabajo defensivo visitante, con un claro 4-1-4-1 que ahogaba el centro del campo. El balón circulaba bastante, como a Javi López le gusta, pero a la hora de la verdad el Deportivo no mordía. Ladraba mucho con jugadas trenzadas desde la defensa que acababan sin ningún tipo de resultado en las cercanías del área visitante. Toque, toque y toque que no llevaban a nada ¿Ansiedad? Posiblemente, porque el ataque azulino no tenía las cosas claras. El Valladolid se quedó a expensas del Xerez, buscando la contra. Los de López seguían viviendo de las improvisaciones, como una cabalgada de Lombán que buscó la escuadra de Jacobo con un tiro lejano, un remate de cabeza de José Mari que rozó el palo de la meta pucelana o un testarazo de Óscar que incomprensiblemente marchó fuera.
Pero el Xerez de ayer tenía ganas de cambiar el guión. El Valladolid, con la lección bien aprendida, se encontró con el dominio del balón, lo que supuso su tumba. López dio un cambio de rumbo desde el vestuario y llegó la hora de José Mari. A los diez minutos de la segunda parte el sevillano aprovechó una buena contra de Óscar que supuso el primero en el marcador. Cambio de planes que motiva la entrada de Antoñito, para satisfacer a parte de la afición. ¿Volvía el duende? Posiblemente, aunque el día ayer era de José Mari. Los pucelanos tenían el control del encuentro, era lo que buscaba Javi López, ya que al Xerez le tocaba contraatacar y ayer lo hizo de maravilla. Error en la salida de balón del Valladolid. Rubio le entrega el esférico a los azulinos, José Mari le puso un centro medido a la cabeza de Pablo Redondo, que ya sin portero, por una extraña salida de Jacobo, sólo tiene que poner la testa para empujar el balón a la red.
Cosas de la pizarra, cuando más dominaba el Valladolid, en apenas diez minutos recibe dos goles, mandando al traste el sistema de Antonio Gómez. En el minuto 76 un córner casi acaba en gol tras un remate de rodilla de Lombán que despeja a saque de esquina Jacobo. Segundo después, el central avilesino anota de cabeza, aunque Ceballos Silva anula el gol por falta previa. Pero el encuentro se puso cuesta arriba para el cuadro visitante. El Xerez no daba ápice a la duda, era un rodillo inteligente que le debía algo más a la grada. Un premio que llegó en forma de gol en jugada a balón parado. ¿De quién? De José Mari, obviamente, que animaba una jornada genial de fútbol con el tercero y con la afición sacando pañuelos. Oreja y rabo para el sevillano, con ‘olés’ taurinos en Chapín y ánimo exacerbado porque la goleada iba a ser mayor tras una gran jugada entre Pablo Redondo y José Mari que lograba su primer ‘hat trick’ como azulino . Xerez y afición están en paz. ¿Se olvidó lo de Granada?