EL VALOR DE LA CREACIÓN
Actualizado:Diferencia, originalidad, creatividad.eso son ellos. El valor de hacer realidad un sueño, su sueño, el que siempre tuvieron guardado en su cabeza y que dibujaron un día a lápiz en un taller, sobre un patrón, o simplemente, formaron como idea. Los jóvenes diseñadores apuestan por lo que creen, sin sucumbir a la comodidad de la repetición, de lo industrial y marcado. Luchan por hacer una profesión de un talento y el camino pasa por creer en ellos mismos.Pero, ¿todas estas cualidades venden?, ¿merece la pena? Desgraciadamente, no. Todavía hay mucho camino que hacer, pero hay que ir poco a poco. Mientras, al margen de idealismos, la industria de la moda es como todas; el mayor postor gana, el que se lleva el escaparate más lustroso y grande en la mejor calle comercial. En un país donde los 'zaras', 'mangos' y demás tienen copado el mercado, bastante es seguir ahí.
Pues bien, si todo esto lo trasladamos a Cádiz, la cosa se pone aún peor. Porque, si ya es difícil hacer o crear algo diferente en Madrid, Barcelona o Bilbao, cerca de los circuitos habituales de la moda, mucho más costará en un lugar donde los índices socioeconómicos no animan precisamente a ser emprendedor. A pesar de ello, donde hay talento, hay esperanza. Y eso ocurre aquí. Estos rincones de los que se nos habla en el reportaje dan un aliento de que quizá lo diferente, lo exclusivo y lo original vuelva a tomar fuerza. Vuelvan a recordarnos que aunque el viejo ultramarinos y el comercio tradicional estén perdiendo el pulso, quizá otro tipo de negocio lo pueda ganar. Esperemos que todos estos creadores no cejen en su empeño de creer en Cádiz y ojalá que (por lo menos, por el momento) dejen sus maletas en casa. Si algo queremos cambiar, si los jóvenes diseñadores quieren ser eso, jóvenes.alguien tendrá que empezar la partida, ¿no? Ya lo decía Coco Chanel: «Quiero vestir como ellas lo harán». Pues eso, sigamos creando y no repitiendo.