La familia despide a la joven que murió por inhalación de gas

A las 9.30 horas el silencio era sepulcral en la Iglesia del Cristo Resucitado del Tanatorio de Jerez. Familiares y amigos de Sonia R. M. se agolpaban en el templo para dar el último adiós a la joven de 24 años, que murió el pasado martes junto con su pareja tras inhalar monóxido de carbono por un calentador en mal estado.

Las escenas de dolor eran constantes entre todos los conocidos y seres queridos de Sonia, que no se terminaban de explicar lo ocurrido. Como se recordará, ella y Daniel G. T. fueron encontrados sin vida el citado día alrededor de las 16.30 horas, aunque es muy posible que fallecieran la noche anterior. Tanto el cuerpo de ella como el de él y su perro estaban rodeados de vómitos, como consecuencia de haber inhalado monóxido de carbono. Una hipótesis que fue cobrando fuerza en los últimos días hasta que ayer resultó ratificada por fuentes de la investigación, después de que se hubieran descartado otras posibles causas del fatídico suceso.

Mientras Sonia recibía sepultura ayer, lo mismo ocurría con su novio pero en el Cementerio Mancomunado de Chiclana poco más de una hora después. Allí podía despedirlo su madre, Josefina, que fue la que halló los restos en la vivienda de su propiedad, ubicada en la calle Doctor Marañón, donde estaba residiendo la pareja.

Los vecinos, por su parte, seguían conmocionados con la noticia. Muchos de ellos se preguntaban si podían haber evitado el trágico desenlace, de haber percibido el fuerte olor que suele dejar el gas. Sin embargo, si el incidente se produjo durante la noche nadie tuvo por qué percatarse de nada, y es muy probable que por la mañana ya no hubiera ni rastro del monóxido de carbono.