Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
La ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez. / Archivo
tensión en el sahara

Jiménez se escuda en las resoluciones de la ONU mientras la oposición reprueba la postura del Gobierno

La ministra de Asuntos Exteriores comparece en la comisión del Congreso para explicar por qué España no condena los ataques de el Aaiún

LUIS MIGUEL LASTRA
MADRID Actualizado:

Tras días de críticas al Ejecutivo por parte de los partidos de la oposición y diversos agentes sociales por no mostrar una postura crítica clara frente a la situación que se ha producido en el Sahara, la ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, se ha enfrentado a su primera comparecencia ante la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso. Enfrente, una oposición combativa reprobaba la actitud del Gobierno, con críticas de "tibieza" a su comportamiento e, incluso, de "complicidad" con lo que está ocurriendo.

Jiménez ha intentado justificar sin mucho éxito la postura española que, según sus palabras, "coincide con las resoluciones de la ONU". A pesar de la evidente implicación de España en la zona, "el Sahara Occidental compete a la comunidad internacional" y se seguirán las pautas que dicte Naciones Unidas.

Para la jefa de la diplomacia, "el papel que nos corresponde es propiciar, colaborar y cooperar al desarrollo", pero se ha olvidado de condenar el desmantelamiento del campamento saharaui de Gdeim Izik del pasado 8 de noviembre. Ella y todo el Gobierno. El motivo para que no se produzca esta condena ha sido durante días la falta de datos, por lo que Jiménez ha reclamado "un informe independiente de los hechos". La ministra, que ha hecho esta petición al comienzo de su comparecencia ante la Comisión, no ha especificado quién será el encargado de esta investigación, ni su forma de proceder, ni cuándo se llevará a cabo.

Jiménez ha recordado que España presta una atención preferente al Sahara Occidental y ha pedido una visión realista para contribuir y solucionar el conflicto. La política española hacia El Aaiún es una "política de Estado", ha dicho la titular de Exteriores, quien también ha recordado la evidente vinculación de España con Marruecos. Sin embargo, ha señalado que España no tiene responsabilidades administrativas en la zona desde 1976, cuando liberó la colonia.

Relaciones con Rabat, un tema primordial

En cuanto a las relaciones con el país vecino, Jiménez ha dicho que es un tema "primordial" para la "seguridad". A pesar de los numerosos 'encontronazos' con Rabat, ha definido la relación con Marruecos como "sólida", un país, ha dicho, con el "que se pueden tratar todos los asuntos”. "La fortaleza de esta relación está probada", ha insistido la recién nombrada ministra de Exteriores.

Por último, Jiménez ha vuelto a pedir a las autoridades de Rabat que levanten el veto a los periodistas españoles y les permita trabajar en la capital administrativa del Sahara Occidental para informar de esta crisis. El Gobierno defiende el trabajo de los periodistas, porque la libertad de prensa es "imprescindible", ha dicho.

Más tarde Jiménez se enfrentaba a las réplicas de la oposición. Ha escuchado palabras muy duras, sobre todo de la izquierda, que considera que los hechos ocurridos en el Sahara en los últimos once días pueden calificarse de "genocidio" o "matanza". Todos los grupos han reclamado una condena firme y que no se antepongan los intereses económicos a la defensa de los derechos humanos y de la dignidad del pueblo saharaui. También han criticado a la jefa de la diplomacia española por defender ahora tesis distintas a las que postulaba cuando el PSOE estaba en la oposición.