Explicaciones insuficientes
Actualizado: GuardarEl vicepresidente Alfredo Pérez Rubalcaba y la ministra Trinidad Jiménez trataron ayer de sacar del atolladero en que se ha metido el Gobierno con su inhibición en los recientes acontecimientos de El Aaiún. Ambos se cuidaron mucho de condenar a Marruecos y trataron de dar una imagen de mayor implicación, aunque sus explicaciones no aportaran ninguna novedad. La responsable diplomática esgrimió en el Senado la falta de pruebas para justificar la ausencia de una repulsa rotunda. Sin embargo, el Gobierno no debió ignorar que era aquella opacidad la que autorizaba la crítica cuando estaba en juego la integridad de todo un colectivo. En cuanto a Rubalcaba, ni dio ni quitó validez a las explicaciones dadas en Madrid por el ministro del Interior marroquí, Taieb Cherkaoui, y se remitió al vago «compromiso» de Rabat para investigar todas las dudas y datos que preocupen a las autoridades españolas. Se puede entender que el Gobierno haya tratado de envolver su propia reacción en la de la comunidad internacional y que se haya esforzado en no perder la interlocución con Rabat pero es muy dudoso que estas vacilaciones afiancen su posición en la relación bilateral y ante la opinión pública española.