A contrapelo
Actualizado:Ir contra corriente siempre ha sido costoso. Tanto que ha llevado a la misma muerte al que osó dar normas de conducta en justicia, moral, misericordia, generosidad. que eran contrarias al poder establecido. Es difícil ir caminando en rectitud de conciencia que frontalmente se da con un mundo en que predominan la frivolidad, el consumismo, el hedonismo, la infidelidad. y la ignorancia presuntuosa.
Y si el mundo ha ido - es historia - habitualmente por derroteros de injusticia, insolidaridad, afán de poder al precio que sea, suntuosidad, ceguera ante la pobreza (es ceguera insolidaria dar de lo que me sobra), no poniendo los medios para erradicar el hambre del mundo. El oro que quieren buscar en el fondo del mar, donde sólo se sabe que están las llaves, matarile, matarilerilerón. ignorando que el verdadero está en nuestro corazón y en su fondo, a veces demasiado hondo. Existen recursos, seguro que los hay, para mitigar el hambre y apagar la sed del mundo, mundo del hambre y de la necesidad. Me escuece escribir mundo del hambre, y más aún cuando sé que existe. Hace, pongamos, cien años, no podíamos imaginar cómo íbamos a vivir a comienzos del siglo XXI. Qué casualidad la cifra de la mayoría de edad en mis tiempos, si estas cifras coincidieran con una mayoría de edad de los tiempos que vivimos, lo haríamos con más sensatez, más seriedad. ¿Agua en Marte? ¿Tanto interés tiene? Yo creo que más importante es, y más barato, buscarla en la Tierra y dársela a quien tanto la necesita. Seguro que hay soluciones a todas las escaseces mundiales.