Mujeres «sometidas» y «coaccionadas»
La Fiscalía, que se opuso al recurso, ve indicios suficientes de delito para atar posibles penas económicas
CÁDIZ.Actualizado:La 'operación Toscana' ha estado marcada prácticamente desde su inicio por dos interpretaciones opuestas de la situación que viven las prostitutas en los clubes de los Galán. «Las niñas», como las definen algunos de los implicados como Juan Pedro Galán, son clientas de sus establecimientos, que pagan diariamente por un hospedaje (a un precio muy elevado, unos 80 euros), que van abonando gracias a los servicios sexuales que ofrecen en los 'hoteles'. Ésa es la tesis que repite hasta la saciedad la familia empresaria. Niegan cualquier tipo de coacción y aseguran que las chicas trabajan libremente en sus locales, reabiertos al poco tiempo de la redada ejecutada por la Guardia Civil.
Tanto la jueza instructora como la Fiscalía tienen una visión completamente distinta. Los magistrados plasman en su auto afirmaciones del Ministerio Público que incluyó en su recurso contra las peticiones que solicitaba la defensa. El fiscal, respaldando así las conclusiones de la Guardia Civil, ahonda en las condiciones en las que se ejercía la prostitución, las cuales les aleja de lo que es el perfil de una trabajadora ordinaria: «El consentimiento de algunas mujeres se encuentra viciado al hallarse sometidas a una situación de prevalencia o superioridad por parte de los organizadores; valiéndose éstos de la situación de necesidad que las hace vulnerables». El fiscal pone como ejemplo de coacciones la imposición de sanciones si no atendían a los clientes.