Hallan los cadáveres de una joven pareja y su perro en una vivienda de Jerez

Eran las 16.30 horas de ayer cuando la Policía Nacional recibió el trágico aviso. En el Polígono de San Benito de Jerez, concretamente en la calle Doctor Marañón, una madre había encontrado a su hija muerta en el domicilio de ésta, junto con el cadáver de su pareja y de su perro. De inmediato, la mujer daba el aviso del macabro hallazgo y se personaban los agentes de la Comisaría de Jerez en la vivienda, pero lo único que pudieron hacer los funcionarios fue esperar al juez para que procediera al levantamiento de los cuerpos.

Como confirmaron a LA VOZ fuentes de la investigación, la chica (de 24 años) se encontraba desnuda en la bañera, mientras que el joven (de 25) fue hallado tendido en el salón, cerca de su mascota. Lo que los tres tenían en común es que estaban rodeados de vómitos, algo que finalmente hizo que se descartara un nuevo episodio de violencia de género, apoyado por el hecho de que los funcionarios de la Policía Judicial tampoco encontraron signos de violencia en la vivienda.

Todo estaba aparentemente tranquilo y en orden, y en principio los restos de los tres presentaban los mismos síntomas, lo que hace presuponer que las causas de la muerte fueron idénticas, tanto en el caso de la pareja como en el de su perro.

Todo apunta a que los jóvenes pudieron ser víctimas de algún tipo de intoxicación, más probable una alimentaria que por el monóxido de carbono. Tampoco se ha podido precisar si el trágico desenlace fue producto de un fatal accidente o de un acto intencionado. En todo caso, la investigación -a manos de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (Udev)- sigue abierta y no se descarta ninguna hipótesis.

Al cierre de esta edición, los cuerpos habían sido trasladados al Instituto Anatómico Forense de Cádiz, donde se les practicará la autopsia que logrará determinar con más exactitud las causas de las muertes.

En el Polígono de San Benito la conmoción ayer era total. Los vecinos se arremolinaban en torno al domicilio para conocer lo ocurrido y, a falta de una explicación, coincidían en que nadie podía presagiar que ocurriera una tragedia como esa con una pareja joven. Conforme cayó la noche, el silencio se fue adueñando de la calle y los jerezanos de San Benito bajaban las persianas al paso de los periodistas y de las cámaras.