Todo un barrio que sólo habla y bromea sobre su suertudo vecino

En la frutería Muchachito 1, en la confitería Doña Golosina y en la propia administración de lotería del Olivar de Rivero no se hablaba ayer de otra cosa. Quién será el que se ha llevado casi 900 millones de pesetas es la pregunta que todos se hacían ayer añadiendo detrás un resignado «no, no he sido yo, ojalá» y unas risas. Caridad Torné y Jesús Rosado notaron ayer más afluencia de clientes en su establecimiento que cualquier otro lunes y no había otro posible tema de conversación ante el enorme cartel que anuncia orgullosamente el premio.

«Hemos bajado en las ventas de este año así que nos va a venir muy bien que la gente se anime a jugar en este tiempo», dijo ayer Rosado a las puertas de la administración regentada por su mujer desde 1995. «Es un barrio de trabajadores y de gente mayor. A todos nos llama la atención un pelotazo como éste y jugamos más».

«Si me llega a tocar a mí, la confitería estaría cerrada», dicen Yolanda Pérez y Manuel Mellado. Eso sí, antes «habría chucherías gratis para todos los niños del barrio, que cogieran lo que quisieran». Curiosamente, este establecimiento se encargó el domingo -cuando estaba cerrada la administración de lotería- de comprobar los boletos de los vecinos nerviosos que no querían esperar al lunes, por si la suerte los había rondado a ellos también. «Ojalá sea alguien del barrio que lo necesite», dijo Yolanda. De la misma opinión es Fátima Martel desde su frutería Muchachito 1: «Todo el mundo habla hoy de lo mismo», dijo entre risas.

El premio más cuantioso

Los 5,2 millones de euros que ha repartido esta administración son el premio más cuantioso de la historia de Jerez otorgado por Loterías y Apuestas del Estado. Y no es la primera vez que este pequeño establecimiento trae suerte al populoso barrio del Olivar de Rivero, ya que también tocaron 100 millones de pesetas en julio del año 2000 y 1,6 millones de euros en 2007.

De hecho, sigue sin saberse nada del afortunado pero las especulaciones en el barrio no paran. La administración se encuentra, además, en una calle muy comercial del barrio, con una panadería y un bazar en la acera de enfrente y una farmacia a pocos metros por lo que el ir y venir de vecinos es constante. La principal duda es que el afortunado sea habitante del Olivar de Rivero o no: «Como hay varios establecimientos, a esta calle vienen muchos repartidores y distribuidores. Puede que lo haya comprado alguno de ellos», dicen desde la administración. «Lo que es más seguro es que compraron el boleto el viernes o el sábado».