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Cristiano y diez más

Paulo Bento reforzó el liderazgo del astro luso tras asumir con “orgullo” ser el segundo plato de Mourinho

ENVIADO ESPECIAL A LISBOA Actualizado: Guardar
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Pocos creían en Paulo Bento cuando dijo sentirse “orgulloso” de ser el plan B para dirigir a Portugal. Gilberto Madail, el presidente de la Federación, quiso a toda costa a José Mourinho para reemplazar con urgencia a Carlos Queiroz pero la negativa del Real Madrid abrió las puertas de la selección al ex centrocampista del Oviedo y entrenador triunfante con el Sporting de Lisboa.

Su misión era peliaguda. Sustituía a un colega preso de ciertos problemas de indisciplina y, sobre todo, de los malos resultados. Se consideró un fracaso la actuación lusa en el Mundial de Sudáfrica, al que Queiroz ya llegó por vía de la repesca ante Bosnia. La derrota contra España en octavos, aunque fuera por la mínima, desató enormes criticas. La situación se hizo insostenible al poner en riesgo la clasificación para el próximo Europeo con un arranque lastimoso. Un empate en casa con Chipre (4-4) y la derrota en Noruega (1-0) certificaron su adiós.

Desde el primer momento, Paulo Bento insistió en que su gran reto consistía en lograr que Portugal tuviera unas “señas de identidad”, un “estilo propio”, muy por encima de los rivales. Incluso ante España quiere que sus hombres tengan más el balón y defiendan lejos del área para sentirse confortables. No presume de esquema: se adapta a sus jugadores. Ha empleado un 4-4-2, un 4-3-3, muy acorde a las características de su selección, y en el Sporting llegó a jugar con tres centrales y un punta.

Para empezar, dio plenos poderes a Cristiano Ronaldo como gran capitán. Era un asunto innegociable. “Tiene todas las condiciones para ejercer de capitán, por todo lo que representa dentro y fuera del campo, que es mucho. Pero no tendrá encima la mayor responsabilidad. Con eso cargaré yo”, dijo.

Tal es la ascendencia de Ronaldo, un ídolo que hasta la fecha no dio la talla en los choques decisivos, que algunas fuentes le achacan la salida de la selección de los rojiblancos Tiago y Simao. Son dos futbolistas que podrían restarle cierta influencia en el vestuario. Siempre se dijo que, sobre todo con el extremo, nunca sintonizó.

El efecto Bento

Paulo Bento mantuvo con éxito la columna vertebral lusa para los decisivos choques ante Dinamarca e Islandia. Sendos triunfos por 3-1, tanto en Do Dragao como en Reikiavik, le han dado alas. Ahora, Portugal ve con más optimismo su camino hacia el Europeo de Ucrania y Polonia. Es segundo con siete puntos en cuatro partidos, dos menos y un encuentro más que los sorprendentes noruegos. Los daneses les pisan los talones, mientras que chipriotas e islandeses pintan más bien poco.

Los centrales blancos Pepe y Carvalho, el centrocampista del Liverpool Raúl Meireles y los extremos Nani y Cristiano son la base de un equipo que ante España pierde por lesión a Fabio Coentrao, un emergente lateral del Benfica en la agenda de los grandes de Europa. También se cayó a última hora Varela, delantero del Oporto. Ausencias que le han hecho repescar a los medios Miguel Veloso (Génova) y Paulo Machado (Toulouse).

La gran novedad entres los 18 elegidos es Bosingwa, el lateral de origen congoleño que milita en el Chelsea y ha estado casi un año fuera por una grave lesión de rodilla. También destaca el valencianista Manuel Fernandes, que no formó parte de sus dos primeras listas pero fue repescado por las lesiones de Liedson y el ahora reaparecido Veloso. Y convenció a Paulo Bento.