ESPAÑA

La candidatura de Cascos en Asturias pierde fuerza en la dirección del PP

Rajoy hará oficial que Camps opta a la reelección en la Comunidad Valenciana cuando la justicia aclare su situación procesal

MADRID. Actualizado: Guardar
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La candidatura de Francisco Álvarez-Cascos para la Presidencia del Principado de Asturias pierde fuelle en la dirección nacional del PP. La decisión está en el congelador y la incógnita se despejará en diciembre o enero.

«Cascos resta más que suma», afirma con las encuestas internas en la mano un importante dirigente que conoce las conversaciones con el partido en Asturias y con el ex vicepresidente del Gobierno. Resta porque divide al PP en el Principado y moviliza al electorado de izquierda. La dirección nacional del PP, como la regional de Asturias, no tiene un criterio definido. Hay influyentes dirigentes como Esperanza Aguirre, Javier Arenas y Alberto Núñez Feijóo que apuestan por el ex secretario general, pero también los hay que se muestran contrarios a la operación, aunque sólo lo digan en privado.

Mariano Rajoy, entretanto, sigue fiel a su estilo y guarda silencio. Este verano anunció que se vería con Cascos, con el que mantiene una vieja relación, pero tal encuentro no se ha celebrado, o si se ha producido no ha trascendido. Se sabe que han hablado por teléfono, pero no se conoce de qué. El único contacto público del ex vicepresidente del Gobierno con la dirección nacional del PP es el encuentro que mantuvo a final de julio con la secretaria de Organización y Acción Electoral, Ana Mato, pese a que Cascos había anticipado en una entrevista que no iba a 'rebajarse' a ese nivel.

En sus planes sólo entraba que la dirección del partido le solicitase que fuera el cabeza de cartel en Asturias. Ya lo dijo en marzo pasado: «Es evidente que hay una marea creciente de personas que creen oportuno mi regreso», y ante ese clamor lo correcto sería ser reclamado por la dirección del partido en vez de ofrecerse. Pero no ha sido así y tuvo que pedir ser candidato. Es indudable que Cascos cuenta con apoyos en Asturias, y nada menos que 7.032 afiliados han suscrito dos cartas a Rajoy, la segunda entregada el pasado viernes, en las que muestran el respaldo a su candidatura.

Ese apoyo, sin embargo, no esconde la división del PP asturiano. El aparato del partido en el Principado y la mayoría de las juntas locales, con el presidente Ovidio Sánchez y el influyente alcalde de Oviedo, Gabino de Lorenzo, a la cabeza, están en contra del regreso del ex vicepresidente y avalan la candidatura de la concejal ovetense Isabel Pérez Espinosa. Con este panorama, cualquier decisión sobre la candidatura sólo ahondaría la división entre los populares asturianos, reconocen fuentes próximas a Rajoy.

Esperar

La otra patata caliente está en la Comunidad Valenciana. La decisión sobre la candidatura de Camps no está en discusión pese a sus problemas judiciales. El actual presidente de la Generalitat optará a la reelección el 22 de mayo. De eso no hay duda a día de hoy y así lo han corroborado el presidente y la secretaria general del PP.

El aspecto espinoso es el momento para oficializar la decisión. Rajoy quiere esperar a la decisión que tome el Tribunal Superior de Justicia valenciano sobre si enjuicia a Camps por la causa de los trajes. Si lo hace no será obstáculo para su candidatura porque la acusación es de cohecho pasivo impropio está castigada con una multa sin pena de cárcel y sería asumible para el PP. La incertidumbre radica si el tribunal decide ampliar la causa a los delitos de cohecho activo, financiación irregular del partido y prevaricación, que sí están penados con privación de libertad. Los jueces no parecen tener prisa para tomar una decisión pues tiene en su poder desde hace meses el sumario del 'caso Gürtel' remitido por el Tribunal Superior de Madrid y la resolución no se prevé inminente.

Si Camps viera ampliada la causa, Rajoy tendría que repensar la decisión sobre la candidatura. Un asunto que, de todos modos, o pondría en peligro la victoria del PP en las elecciones autonómicas pues goza de una muy amplia ventaja sobre los socialistas y un cambio de cabeza de cartel no podría en peligro ese margen.