Higuaín deja helado El Molinón
El delantero argentino aprovechó el único error de Juan Pablo en un duelo muy tenso en el que Iker hizo una de las paradas de la Liga El Real Madrid supo sufrir en Gijón para mantener su liderato liguero
MADRID. Actualizado: GuardarSupo sufrir el Madrid en un ardiente Molinón sin salir escaldado. No se arrugó por al ambiente, entró en la disputa, esperó su momento con paciencia y se hizo acreedor a un triunfo que Mourinho festejó casi a oscuras, encerrado en un palco, mientras Preciado se lamentaba. El desenlace, cuando el duelo parecía condenado a un empate a nada, dejó helados a los gijoneses. Pura impotencia que expresó Botía al propinar una patada a destiempo a Cristiano, que pedía más dinero con los brazos abiertos mientras desde la grada le amenazaban con algún paraguas. Dos jugadas casi consecutivas mostraron la grandeza y miseria del fútbol, la diferencia entre grandes y modestos. Juan Pablo había estado espléndido pero se le escapó un cabezazo de Benzema que llenaba de gloria a Higuaín. Casi a renglón seguido, Barral se sacó un testarazo extraordinario pero Iker, un espectador atento hasta entonces, hizo una de las paradas de la Liga. El mejor portero del mundo apareció ante el Atlético y también en Gijón, prueba inequívoca de que este Madrid que encadena ya seis victorias consecutivas tiene puntos vulnerables. Pero sigue como líder muy sólido, a dos semanas del clásico en el Camp Nou.
Un duelo caliente, de los de antes, cuando había más leña sorda, menos cámaras de televisión y un sinfín de tópicos sobre la furia, el juego viril o el deporte de hombres, como ciertos brandis que copaban los marcadores simultáneos de los estadios y la publicidad radiofónica. Entonces, ciertamente, no había equipos femeninos actuando en campos míticos y los visitantes asumían que cualquier visita al norte era peliaguda.
Benzema, providencial
La grada apretó muchísimo y Juan Pablo respondía perfectamente hasta que un delantero francés saltó al campo. Mourinho ordenó poner en liza a Benzema. Esta vez, no fue el 'Pipa' el sacrificado. Sangoy la tuvo en una contra y después Karim también conoció a Juan Pablo, quien falló en el peor momento. Casillas hizo el resto y Botía la tomó con Cristiano.