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Cada tarde de jueves se alternan las proyecciones y el taller de cortometrajes. :: ÓSCAR CHAMORRO
EDUCACIÓN. IES La Bahía (San Fernando)

Una hora de Charlot y Nosferatu

El cine se cuela en las aulas del centro isleño como vehículo transmisor de valores; La historia del séptimo arte y el lenguaje audiovisual, materias de estudio y estímulo creativo para los alumnos

LOLA RODRÍGUEZ educación@lavozdigital.es
SAN FERNANDO.Actualizado:

«¿Alguien sabe quien es Charles Chaplin?». La clase enmudece... «¿A nadie le suena Charlot?». Silencio. Un chico levanta la mano tímidamente... «Es ése que lleva bombín y bastón, ¿no? El de las películas en blanco y negro...». En aquel momento, José Ramón García, profesor de inglés, se propuso que todos sus alumnos no sólo conocieran al genio del cine mudo, sino cuál fue su papel en los albores del nacimiento de la sociedad contemporánea. El cine y la historia, la historia y el cine, son dos espejos en los que se han mirado todas las generaciones del mundo occidental desde que los hermanos Lumière inventaran el cinematógrafo.

La evolución moral y cultural del siglo XX no se puede explicar ni se puede comprender sin las películas. O más bien, sin la imagen y el sonido. Un nuevo lenguaje que revolucionó la concepción del espacio y del tiempo mucho antes de que el 'monstruo' de Internet apareciera en nuestras vidas y que ahora ejerce un dominio absoluto sobre el entorno en que se desenvuelven las nuevas generaciones.

«En un mundo audiovisual, donde la mayor cantidad de información que reciben nuestros jóvenes llega por ese canal, resulta increíble que no exista una formación reglada». Tres años hace ya de la anécdota de Chaplin. Los mismos que ha cumplido 'Aprendemos con el cine', el taller que cada tarde de jueves se imparte en el centro isleño. «Para las primeras lecciones, con proyecciones mudas de siete u ocho minutos, era suficiente la hora de clase. Pero a medida que se avanza es necesario ver películas que superan la hora».

En este auténtico cine- fórum, con sus carteles anunciadores de las películas del mes, la proyección del film se convierte en el vehículo transmisor de la teoría. Porque en La Bahía, la Historia del Cine y Lenguaje audiovisual es un Proyecto Integrado reconocido por la consejería de Educación: una asignatura obligatoria y evaluable para cuarto de ESO, Primero y Segundo de Bachillerato. «Ahora estamos con el expresionismo alemán y la película seleccionada es Nosferatu, de Murnau. La asistencia a la proyección es voluntaria, pero puntuable. Es la mejor forma de asimilar la teoría. Y, además, ¿cuándo van a tener la oportunidad de ver Nosferatu? Ya no la ponen ni en la tele».

Quizá la historia muda del vampiro y su sinfonía del horror sea difícil de insuflar para chavales de quince años, pero otros largometrajes, como Psicosis, Oriente es Oriente, El nombre de la rosa, Las mujeres de verdad tienen curvas, o la maravillosa Cinema Paradiso forman parte de una programación pensada no sólo para que aprendan la teoría de los planos, secuencias y movimientos de cámara, sino para que asimilen valores relacionados con temas tan variados como la salud, el consumo y la nutrición, o la igualdad, la integración, el medio ambiente o las relaciones paterno filiales. Éstas son las llamadas 'áreas transversales' que todos los profesores deben 'inyectar' con sus asignaturas.

Algo no exento de dificultad en las programaciones de contenidos yque en este caso encuentra su solución más efectiva con la ejemplificación a través del lenguaje que mejor manejan los adolescentes: el audiovisual. «Cuentan con unos medios magníficos al alcance de su mano -y muy peligrosos-, pero no existen asignaturas que les enseñen a usarlos». Esa potencia manipuladora que ejercen los documentos audiovisuales se puede esquivar. «Pero para conseguirlo, y formar a personas libres y con un criterio propio sobre la información, es necesario enseñarles a leer esas imágenes. A que la Primera no ofrece una noticia del mismo modo que Cuatro, por ejemplo».